Comenzar a sanar
He fallado. He fallado una vez más. No es la primera vez, y estoy seguro de que no será la última. Pero hay errores que duelen más que otros, porque hay cosas que simplemente nos importan más. Estas semanas han sido duras, pero lo más difícil ha sido enfrentar mi error. Reconocerlo. Aceptarlo. No puedo mentirme, no puedo traicionarme. En los últimos días volvió un Daniel que no veía hace tiempo. Un Daniel que pensé que había dejado atrás. Uno que creía que la pasión, el conflicto y las emociones podían usarse como combustible para lograr los objetivos. Que el fin justificaba los medios. Que, sin importar si se hería a alguien en el proceso, lo importante era el resultado. Ese Daniel me ayudó a avanzar, pero también me hizo daño, y se lo hizo a otros. Hace tiempo decidí dejar ese personaje atrás. No ha sido fácil. Me ha requerido cambiar desde adentro, aceptar mi imperfección, mirar mis errores de frente. Comprender que no basta con obtener el resultado que quiero, si en el camino pierd...