Creer en el proceso
Recuerdo los inicios de Acción y la angustia de no tener información. Quizás "sufrir" suene exagerado, pero la verdad es que sin historia ni datos, cada decisión era un salto al vacío. Me obsesionaba con el tiempo: quería que pasara rápido para ver los efectos de cada cambio, para confirmar si iba en la dirección correcta o si debía corregir el rumbo.
Miraba las planillas de Excel, buscando respuestas que no estaban ahí. Esperando que los resultados coincidieran con mis expectativas. Nunca fue así. El 100% de las veces el resultado fue distinto a lo que imaginaba. Pero en cada intento obtenía información, cada tropiezo me daba la oportunidad de ajustar la estrategia.
Una de las lecciones más duras del emprendimiento ha sido aceptar que no hay certezas. Dirigir un negocio se siente como ser el capitán de un barco sin mapa, con la brújula apuntando a un destino que aún no se revela. No navego a ciegas, pero la sensación de no saber si vamos en la dirección correcta es difícil de sobrellevar. Con el tiempo aprendí que hay pocas cosas bajo mi control. Que confiar en el proceso es clave. Que la mayoría de mis decisiones no serán definitivas. Y que, tarde o temprano, tendré que ajustar el rumbo una vez más.
Pocas veces he tomado decisiones definitivas. No sé si eso me hace un mal "manager", pero lo que sí sé es que estoy en constante ajuste. Diseño, implemento, mido y vuelvo a diseñar. Prueba y error, una y otra vez.
Lo que nunca cambia son las bases. Cuando todo se siente incierto, siempre regreso a mis valores y a mi propósito. He tenido que aprender a soltar expectativas, a no enamorarme de mis estrategias, a no aferrarme a mis ideas. No es fácil. Cuando una idea sobrevive las primeras pruebas, uno quiere creer que es "la" idea, la que cambiará el juego. Pero en el 100% de los casos, no ha sido así.
Emprender es aprender a dejar ir rápido lo que no funciona para abrir espacio a lo nuevo. El Verdadero trabajo del emprendedor está en:
Hacerte las preguntas correctas, una y otra vez.
Mantener una mente abierta y dispuesta a equivocarse.
No perder el entusiasmo en el camino.
Volver a las bases, cuantas veces sea necesario.
Después de más de una década en el mundo del fitness, sigo enfrentando cambios. Como siempre ha sido. Como nunca ha dejado de ser.
Hace años, un jefe me dijo algo que jamás olvidé:
"La única constante es el cambio."
Cuánta razón tenía.
Si estás en este camino y sientes que la incertidumbre te abruma, quiero decirte algo: no estás solo. El proceso es duro, pero hay una forma de navegarlo sin perder el rumbo. La clave está en aprender a confiar, soltar lo que no sirve y mantener el foco en lo esencial.
Si quieres ayuda, si estás sólo en este camino, hablemos. No tienes que hacerlo solo.
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