Decisiones y cambios
Semana difícil. Esta semana me tocó enfrentar decisiones complejas, el tipo de decisiones que uno aplaza y aplaza. Esas que no quieres tomar pero dentro tuyo sabes que debes tomar. Acá me quiero detener un poco en la importancia de trackear los números, pero no perder de vista que la decisión final, que la acción que puede gatillar una cambio requiere de decisiones. En la mayoría de los casos, decisiones difíciles. El dejar de estar atrapado en una mentalidad fija, aprender a adaptarse e ir cambiando según los indicadores que vamos siguiendo.
Esta semana tomé la decisión de cerrar 54 clases grupales a la semana entre ambas sedes, disminuí un 20% en una sede y un 13% de clases en la otra sede. Suena una barbaridad pero lo cierto es que aún tenemos 149 clases a la semana en una sede y 105 en la otra. Desde que comencé, en el año 2013, nunca tomé una decisión como esta. Llevamos alrededor de 18 meses sin crecimiento en las clases grupales. La tasa de ocupación de nuestras clases es del 65% y eso simplemente no cambia. Tener una oferta tan amplia de clases para un mercado de clases grupales de CrossFit que no crece a las tasas que solía hacerlo simplemente ya no tiene sentido. Tomar la decisión fue difícil, pero estoy seguro que es la decisión correcta para lo que estamos enfrentando. ¿Me demoré mucho en tomar la decisión? Indudablemente la respuesta es si. El tiempo mostrará si fue la decisión correcta. Llevo siguiendo de cerca el comportamiento desde el mes de Octubre y dejé en manos de Marzo la decisión. Si teníamos un Marzo bueno íbamos a intentar de aguantar algunos meses, de lo contrario había que reaccionar.
Luego de la decisión pude reflexionar un poco en como llegué a esto. El proyecto no comenzó con una oferta tan grande de clases. Ala semana debemos haber comenzado dando 40 clases como mucho. A medida que el proyecto fue creciendo, que la demanda fue requiriéndolo fuimos ampliando la oferta. Pero siempre trabajamos empujados por la demanda. El algoritmo era muy simple. Si la clase de las 17:00 estaba llena abríamos un horario a las 16:00. Si las 16:00 se comenzaba a llenar abríamos a las 17:30, si las 3 clases de llenaban íbamos por el horario de las 15:30. Así funcionamos por muchos años, llegando a lo que teníamos el 2020, antes de los locos cierres por la pandemia. Luego viene ese oscuro tiempo y nos tocó re abrir los proyectos. Ahí identifico uno de los errores que cometí. Quería volver a el modelo que teníamos antes de la pandemia, sin ser capaz de reconocer como el proyecto había cambiado, como el mercado había cambiado, como yo había cambiado.
El 2013 el proyecto comenzaba y nuestro promedio de edad en el box era de 28 años. El CrossFit era una solución que hacía sentido para ese grupo etario para mantenerse en movimiento. Con el paso del tiempo el box se ha vuelto más longevo. Ya no tenemos 28 años en promedio, ahora tenemos 38 años en promedio. Lo cierto es que la solución que teníamos para los jóvenes de 28 no es la misma solución que para los de 38. La pregunta queda planteada, ¿entonces ya el CrossFit no sirve? No se trata de eso, creo que a medida que nos volvemos más viejos el fitness se complejiza un poco más y necesitamos soluciones un poco más específicas. Al menos eso me ha pasado y es lo que he tratado de ir replicando en el proyecto. Servicio de mayor valor que logren satisfacer las necesidades de estos grupos etarios. Este cambio de paradigma también ha cambiado nuestros procesos de atracción, ha cambiado nuestro funcionamiento y ha ido modificando nuestro modelo de negocio. En esta lógica los cambios eran necesario. Era el momento de hacer un cambio.
Se que este ajuste no será el último. Lamentablemente cometí el error de modelar el proyecto con la realidad del 2020 y tengo que ajustar el proyecto a la realidad 2025. Debo dejar ir ciertos conceptos y adaptarme. No perder de vista los valores, la misión y visión. Pero debo salir de una mentalidad fija y adaptarme a las señales del entorno. Acá es dónde mi amor por lo número me ayuda. Por más que no quiera cambiar el mirar los indicadores me obliga a tomar las decisiones difíciles. Si no las tomo, los números no cambian, todo se empieza a desmoronar. ¿La decisión que tomé es la correcta? No lo se, pero espero que los números me vayan dando esa respuesta. Si no era la correcta espero tener el tiempo para poder re encausar el rumbo cuantas veces sea necesario.
Es difícil aceptar que lo que te llevó hasta este lugar no es lo mismo que te va a llevar al siguiente. Aprender a evolucionar a dejar ir termina siendo un trabajo que no tiene fin. Espero tomar las decisiones correcta y aceptar el cambio, cuantas veces sea necesario.
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