Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2025

Del esfuerzo y la perseverancia

¿Cuándo seguir y cuándo abandonar? Siempre he sido testarudo. Obstinado. Me cuesta dejar ir las ideas y me cuesta aún más escuchar cuando ya decidí avanzar. Cada paso de progreso, aunque sea pequeño, me impulsa a seguir y hace que olvidar el esfuerzo tenga sentido. Pero aquí está el dilema: ¿cuándo insistir y cuándo soltar? No rendirse suena épico, pero la delgada línea entre la perseverancia y la terquedad puede volverse peligrosa. Hace poco me volví a lesionar un dedo del pie en jiu jitsu. No es grave, pero me frena. ¿Es momento de dejarlo? Creo que no debemos tomar decisiones en medio del dolor ni de la frustración. Los obstáculos son parte del camino y dejar que ellos decidan por nosotros es condenarse a detenerse siempre. No es la primera vez que me enfrento a esto. Hace dos años y medio tuve mi peor lesión: una hernia lumbar que me dejó meses sin moverme. El dolor fue insoportable, la recuperación lenta y llena de recaídas. ¿Debería haber dejado el CrossFit? No lo hice, porque si...

La falta de disciplina

Acá me voy a meter a reflexionar en un tema complejo, pero en variadas ocasiones he escuchado esta frase, "le falta disciplina". Para aquellos que estamos en el mundo del fitness es usual escucharlo. Se etiqueta muchas veces a las personas como poco disciplinados y que por consecuencia esa es la razón por la cual no logran sus objetivos. No logro estar de acuerdo con esa premisa. En el último tiempo me he obsesionado por entender las motivaciones de las personas. Entender que mueve a cada uno. Como líder aprendí que si no conozco esto no tengo como liderar. Un grupo de personas necesita un objetivo común, pero adicional a esto cada una de las personas de tu equipo van a sentirse movilizadas de maneras distintas. Entender estos motivadores, intrínsecos y extrínsecos termina siendo fundamental. A la hora de hablar de fitness estos conceptos se mantienen. La realidad es que si queremos ayudar a las personas a lograr un cambio debemos entender sus motivaciones, debemos conocer su...

Un espacio para la familia

La semana pasada, como ya es costumbre, tomé mi clase de pesas junto a mi hija Sofía. Este año, por horarios, coincidimos para entrenar juntos una vez por semana. Y aunque sea al final del día (para nada mi hora favorita para entrenar), debo decir que es mi clase favorita de toda la semana. En esa hora puedo verla interactuar, reír, esforzarse, incluso mañosear y siempre terminar con una sonrisa y un abrazo. Sofía está atravesando la preadolescencia, una etapa compleja, y este espacio se ha convertido en un ritual que nos acerca, que busco atesorar. El lunes pasado, además, vi algo que me marcó. En la clase de las 18:30 había un papá entrenando con su hijo, una mamá con su hija, y en el otro lado del box, un hijo entrenando con su mamá. Personas cansadas, cumpliendo, transmitiendo valores desde el ejemplo. Me quedé pensando, ¿Cómo hago para que estas imágenes se repitan? Porque muchas veces escucho la frase “no entreno por mis hijos”. Lo entiendo: ser padre/madre consume tiempo y energ...

Compartirlo todo

Hasta el 2019, desarrollaba mi negocio de forma muy distinta: no compartía. No quería compartir. Vivía hacia adentro. Estudiaba, analizaba, observaba, pero sin abrirme. Era yo contra el mundo. Estaba lo más alejado posible de la operación, escondido detrás del telón, coordinando recursos con un grupo cerrado de confianza. Sin pedir nada a nadie y sin que nadie me pidiera nada. En 2020 pedí ayuda por primera vez. No como una súplica emocional, sino que contratando a un mentor. Pero pedir ayuda, aunque sea en forma de transacción, sigue siendo pedir ayuda. Ese fue el inicio de un cambio radical: dejar de trabajar aislado y empezar a buscar conexiones. El trabajo con mi mentor me permitía compartir de manera regular con alguien y esta persona también compartía conmigo. Otro de los puntos es el acceso a un grupo de facebook donde muchos centros de entrenamiento comparten sus vivencias y experiencias. Se genera un equipo, lees a otros, ves por lo que pasan, aprendes de ellos, compartes tus ...

Sentirnos valorados

"Es que no me siento valorado." Es una frase que escuchamos a menudo. Aparece en distintos contextos, nace de diversas situaciones, y muchas veces esconde verdades más profundas. Recuerdo una conversación con mi mentor, Peter, hace algunos meses. Estábamos conversando de como iba el mes y la charla se desvió un poco. Le dije, textual: "Siento que trabajo y trabajo, que me esfuerzo, que trato de ayudar a mi equipo, a mis alumnos, que hago lo posible por alcanzar los objetivos del negocio... pero se siente como que nada es suficiente. Estoy lleno de problemas y siempre termino siendo el culpable de todo." Tras un breve silencio, me respondió: "Lo que me estás diciendo es que no te sientes valorado." Sus palabras fueron un golpe directo. Me dejaron sin respuesta. Charlamos un rato más sobre eso, y entendí algo importante: sentirse así es más común de lo que creemos, especialmente cuando estamos liderando. Es el momento en que tenemos que volver al por qué hac...

¿Cómo avanzo?

¿Cómo avanzo? Es una pregunta que escucho una y otra vez de emprendedores. Ideas sobran, motivación también. Pero casi nunca hay un plan. Nunca hubo un plan de ascenso. Los pasos simplemente se fueron dando. Las ganas, la pasión, el entusiasmo terminaron nublando la razón. Comenzaste dando unas pocas clases. Poco a poco fuiste sumando gente. Algunos te decían lo buen coach que eras. Tu agenda se llenó. El siguiente paso parecía obvio —y muchos te lo gritaban—: abre tu propio espacio. Ya tienes X clientes, te va bien. Eres un excelente coach. Y tú, como todos, quieres crecer. Porque crecer parece natural, casi obligatorio. Pero ¿te preguntaste para qué? ¿Para qué quieres crecer? Muy pocos lo hacen. Algunos dicen que quieren “llegar a más”. Otros, con algo más de honestidad, reconocen que es por dinero. Y está bien. Todos tenemos que enfrentar ese problema. Pero la mayoría nunca se detiene a pensar el verdadero porqué, ¿Qué quieres lograr? Sólo siguen avanzando, cegados por la pasión. “S...