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Mostrando entradas de agosto, 2025

La triple personalidad del emprendedor.

A veces los libros cobran sentido distinto según la etapa de la vida en la que estamos. Hace unas semanas volví a sumergirme en un clásico del emprendimiento: The E-Myth . Ya lo había leído hace años, lo recordaba como un buen libro, lleno de conceptos interesantes. Pero esta vez, por recomendación de un coach al que admiro, decidí darle una segunda oportunidad. Y la experiencia fue completamente distinta. Lo que antes fue un buen libro, hoy se convirtió en algo revolucionario. El concepto de la triple personalidad del emprendedor me voló la cabeza. No solo porque lo explica con claridad, sino porque lo he vivido y lo veo reflejado en la mayoría de los emprendedores con los que trabajo. Todo comienza con lo que el autor llama “entrepreneurial seizure” —una especie de ataque o convulsión emprendedora. Es ese momento en que alguien, extraordinariamente bueno en lo que hace, siente que podría hacerlo por su cuenta: “Podría ser mi propio jefe.” “Podría hacer las cosas a mi manera.”...

Todo comienza con un sueño

Hace un tiempo leí Utopía para realistas. Al principio me pareció un libro ingenuo, lleno de ideas “buenistas” sin mucho sustento: ingreso mínimo universal, semana laboral corta, fin de frontera. Casi ciencia ficción. Pero llegando al final del libro entendí el punto: la historia está llena de utopías. Lo que hoy damos por sentado, alguna vez pareció imposible. Y el mensaje era claro: hay que atreverse a soñar sin barreras, porque solo soñando podemos encontrar la forma de hacerlo realidad. Desde entonces me permito escribir mis propias utopías. No son ideas vagas: son sueños que nacen de lo que vivo cada día en Acción. Y sí, muchos podrían decir que son imposibles, pero justamente de eso se trata. Al final, son mis imposibles, pero siento que al compartirlos se vuelven un poco más realidad. Una nueva mirada a la salud Estoy obsesionado con la salud preventiva. Creo que la definición de salud como ausencia de enfermedad es un error brutal y que la salud tiene que ver con un continuo. E...

Que mas personas se pongan en movimiento, hoy y para siempre

Hace 14 años atrás encontré mi consigna: lograr que más personas se pusieran en movimiento. En ese tiempo veía a mi alrededor un panorama triste: la mayoría sedentarios, y quienes se movían lo hacían más por culpa o miedo que por disfrute. El gimnasio era un castigo, no un espacio de vida. Caras desganadas, cuerpos moviéndose de manera robótica frente al espejo. Estética, vanidad y comparación, pero poca vitalidad. Y yo pensaba: el movimiento debería darnos libertad, seguridad, alegría, competencia con nosotros mismos. Al menos así lo sentí siempre. Eso fue lo que me empujó a dejarlo todo: que las personas volvieran a moverse, y que lo hicieran disfrutándolo. CrossFit apareció como la oportunidad. Quería que más pudieran mirar el movimiento con mis ojos: un escape, una conexión, una forma de vivir. Crecimos, y mucho. Armamos un proyecto alrededor de ese sueño, llegamos a miles de personas, abrimos espacios llenos de energía. Pero detrás de ese éxito se escondía algo: también fallábamos...

Del esfuerzo y la perseverancia

¿Cuándo seguir y cuándo abandonar? Siempre he sido testarudo. Obstinado. Me cuesta dejar ir las ideas y me cuesta aún más escuchar cuando ya decidí avanzar. Cada paso de progreso, aunque sea pequeño, me impulsa a seguir y hace que olvidar el esfuerzo tenga sentido. Pero aquí está el dilema: ¿cuándo insistir y cuándo soltar? No rendirse suena épico, pero la delgada línea entre la perseverancia y la terquedad puede volverse peligrosa. Hace poco me volví a lesionar un dedo del pie en jiu jitsu. No es grave, pero me frena. ¿Es momento de dejarlo? Creo que no debemos tomar decisiones en medio del dolor ni de la frustración. Los obstáculos son parte del camino y dejar que ellos decidan por nosotros es condenarse a detenerse siempre. No es la primera vez que me enfrento a esto. Hace dos años y medio tuve mi peor lesión: una hernia lumbar que me dejó meses sin moverme. El dolor fue insoportable, la recuperación lenta y llena de recaídas. ¿Debería haber dejado el CrossFit? No lo hice, porque si...

La falta de disciplina

Acá me voy a meter a reflexionar en un tema complejo, pero en variadas ocasiones he escuchado esta frase, "le falta disciplina". Para aquellos que estamos en el mundo del fitness es usual escucharlo. Se etiqueta muchas veces a las personas como poco disciplinados y que por consecuencia esa es la razón por la cual no logran sus objetivos. No logro estar de acuerdo con esa premisa. En el último tiempo me he obsesionado por entender las motivaciones de las personas. Entender que mueve a cada uno. Como líder aprendí que si no conozco esto no tengo como liderar. Un grupo de personas necesita un objetivo común, pero adicional a esto cada una de las personas de tu equipo van a sentirse movilizadas de maneras distintas. Entender estos motivadores, intrínsecos y extrínsecos termina siendo fundamental. A la hora de hablar de fitness estos conceptos se mantienen. La realidad es que si queremos ayudar a las personas a lograr un cambio debemos entender sus motivaciones, debemos conocer su...

Un espacio para la familia

La semana pasada, como ya es costumbre, tomé mi clase de pesas junto a mi hija Sofía. Este año, por horarios, coincidimos para entrenar juntos una vez por semana. Y aunque sea al final del día (para nada mi hora favorita para entrenar), debo decir que es mi clase favorita de toda la semana. En esa hora puedo verla interactuar, reír, esforzarse, incluso mañosear y siempre terminar con una sonrisa y un abrazo. Sofía está atravesando la preadolescencia, una etapa compleja, y este espacio se ha convertido en un ritual que nos acerca, que busco atesorar. El lunes pasado, además, vi algo que me marcó. En la clase de las 18:30 había un papá entrenando con su hijo, una mamá con su hija, y en el otro lado del box, un hijo entrenando con su mamá. Personas cansadas, cumpliendo, transmitiendo valores desde el ejemplo. Me quedé pensando, ¿Cómo hago para que estas imágenes se repitan? Porque muchas veces escucho la frase “no entreno por mis hijos”. Lo entiendo: ser padre/madre consume tiempo y energ...

Compartirlo todo

Hasta el 2019, desarrollaba mi negocio de forma muy distinta: no compartía. No quería compartir. Vivía hacia adentro. Estudiaba, analizaba, observaba, pero sin abrirme. Era yo contra el mundo. Estaba lo más alejado posible de la operación, escondido detrás del telón, coordinando recursos con un grupo cerrado de confianza. Sin pedir nada a nadie y sin que nadie me pidiera nada. En 2020 pedí ayuda por primera vez. No como una súplica emocional, sino que contratando a un mentor. Pero pedir ayuda, aunque sea en forma de transacción, sigue siendo pedir ayuda. Ese fue el inicio de un cambio radical: dejar de trabajar aislado y empezar a buscar conexiones. El trabajo con mi mentor me permitía compartir de manera regular con alguien y esta persona también compartía conmigo. Otro de los puntos es el acceso a un grupo de facebook donde muchos centros de entrenamiento comparten sus vivencias y experiencias. Se genera un equipo, lees a otros, ves por lo que pasan, aprendes de ellos, compartes tus ...

Sentirnos valorados

"Es que no me siento valorado." Es una frase que escuchamos a menudo. Aparece en distintos contextos, nace de diversas situaciones, y muchas veces esconde verdades más profundas. Recuerdo una conversación con mi mentor, Peter, hace algunos meses. Estábamos conversando de como iba el mes y la charla se desvió un poco. Le dije, textual: "Siento que trabajo y trabajo, que me esfuerzo, que trato de ayudar a mi equipo, a mis alumnos, que hago lo posible por alcanzar los objetivos del negocio... pero se siente como que nada es suficiente. Estoy lleno de problemas y siempre termino siendo el culpable de todo." Tras un breve silencio, me respondió: "Lo que me estás diciendo es que no te sientes valorado." Sus palabras fueron un golpe directo. Me dejaron sin respuesta. Charlamos un rato más sobre eso, y entendí algo importante: sentirse así es más común de lo que creemos, especialmente cuando estamos liderando. Es el momento en que tenemos que volver al por qué hac...

¿Cómo avanzo?

¿Cómo avanzo? Es una pregunta que escucho una y otra vez de emprendedores. Ideas sobran, motivación también. Pero casi nunca hay un plan. Nunca hubo un plan de ascenso. Los pasos simplemente se fueron dando. Las ganas, la pasión, el entusiasmo terminaron nublando la razón. Comenzaste dando unas pocas clases. Poco a poco fuiste sumando gente. Algunos te decían lo buen coach que eras. Tu agenda se llenó. El siguiente paso parecía obvio —y muchos te lo gritaban—: abre tu propio espacio. Ya tienes X clientes, te va bien. Eres un excelente coach. Y tú, como todos, quieres crecer. Porque crecer parece natural, casi obligatorio. Pero ¿te preguntaste para qué? ¿Para qué quieres crecer? Muy pocos lo hacen. Algunos dicen que quieren “llegar a más”. Otros, con algo más de honestidad, reconocen que es por dinero. Y está bien. Todos tenemos que enfrentar ese problema. Pero la mayoría nunca se detiene a pensar el verdadero porqué, ¿Qué quieres lograr? Sólo siguen avanzando, cegados por la pasión. “S...