Que mas personas se pongan en movimiento, hoy y para siempre

Hace 14 años atrás encontré mi consigna: lograr que más personas se pusieran en movimiento.

En ese tiempo veía a mi alrededor un panorama triste: la mayoría sedentarios, y quienes se movían lo hacían más por culpa o miedo que por disfrute. El gimnasio era un castigo, no un espacio de vida. Caras desganadas, cuerpos moviéndose de manera robótica frente al espejo. Estética, vanidad y comparación, pero poca vitalidad.

Y yo pensaba: el movimiento debería darnos libertad, seguridad, alegría, competencia con nosotros mismos. Al menos así lo sentí siempre. Eso fue lo que me empujó a dejarlo todo: que las personas volvieran a moverse, y que lo hicieran disfrutándolo. CrossFit apareció como la oportunidad. Quería que más pudieran mirar el movimiento con mis ojos: un escape, una conexión, una forma de vivir.

Crecimos, y mucho. Armamos un proyecto alrededor de ese sueño, llegamos a miles de personas, abrimos espacios llenos de energía. Pero detrás de ese éxito se escondía algo: también fallábamos mucho. Cada mes perdíamos muchos alumnos, oculto ente tantos que llegaban. La realidad era que muchos de los que llegaban ya disfrutaban moverse. En realidad no estábamos sacando a la gente del sedentarismo, solo dábamos otra alternativa a los que ya entrenaban. Y fuimos aprendiendo. Aprendimos que no basta con poner a alguien en movimiento; hay que lograr que se mantenga en movimiento. ¿Cuánto tiempo? Toda la vida.

La pandemia nos pasó por encima, pero también nos dio la oportunidad de comenzar otra etapa. Ya no se trata de llegar a más, sino de que cada uno que entra se quede. Que disfrute, que incorpore el movimiento como identidad, como hábito para toda la vida.

Ese cambio nos transformó: el modelo de negocio, el equipo, la filosofía. Dejamos de ser para todos. Somos para los que realmente quieren moverse para siempre. Para los que saben que la competencia no es con otros, sino con el envejecimiento. Para los que buscan conexiones humanas, no medallas. Para los que entrenan para vivir mejor, no para impresionar a otros.

Hoy en día escuchamos mucho: “entreno por salud”. Pero, ¿qué significa realmente eso? No es un número en un examen, es poder seguir disfrutando la vida: viajar, jugar con tus hijos, mantener tu autonomía, no perder vitalidad. Y eso no se logra con tres meses de entrenamiento antes del verano. Eso requiere compromiso, identidad, un entorno que lo potencie.

El movimiento no es estético. Es libertad. Es vida.

Y si empiezas hoy, con intención, puede ser para siempre.


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