El peso del fracaso
Durante mi vida escolar, así como muchos niños, jugar futbol era una de mis principales entretenciones. Y no solo cumplía con ser una entretención. También era una de las actividades que involucraba el ganar o perder. Tenía ese condimento de la competitividad que hace que las actividades se llenen de otras emociones (para bien o para mal). Recuerdo estar jugando la final del campeonato de Futbol de mi colegio. El partido termina empatado y debemos definir a penales. Mantengo vivo el recuerdo del momento cuando decidí lanzar uno de los penales. Y también recuerdo haber fallado en mi intento. Fallé en mi intento, perdimos el partido, perdimos la final, rápidamente se evoca en mi el sentimiento del fracaso. Al menos ese sentimiento hasta el día de hoy, unos 25 años después, recuerdo como se sentía. Probablemente fue perder en algo que realmente me importaba y por eso del recuerdo tan marcado. Siempre es duro hablar de fracasos. El simplemente mencionar esta palabra nos afecta a todos. E