Asumir la culpa

Creo que llegó la hora de hacer un “mea culpa”. Ya han pasado muchos meses y los eventos nos han dejado muy dañados. Pero es el momento de asumir y aceptar las responsabilidades que corresponden en todos estos sucesos.

Hace unos días atrás me invitaron a participar de un programa de conversación de “Mercado Fitness”, esta plataforma busca juntar al gremio de los gimnasios y centros de entrenamiento de Latinoamérica y compartir vivencias. En el capítulo se invitó a varios dueños u operadores de gimnasios a contar como habían pasado la pandemia. Como los había afectado y a compartir algunas impresiones. Un comentario que se repetía es la importancia que tiene la actividad física en la salud de las personas y como, a pesar de esto, somos la última prioridad. Como pareciera que a nadie le importa o hasta da para pensar que este argumento es falso. Todos los que estamos metidos en este mundo miramos con desconcierto como, las autoridades de salud, se desviven por encontrar formas de que bares, restaurantes y botillerías funcionen. Por otro lado, no dan respiro a los centros deportivos y nos llenan de trabas para nuestro funcionamiento.

Entonces cabe preguntarse, ¿qué es lo que sucede?

¿No se supone que somos un aporte para la salud de las personas?

¿No se supone que las recomendaciones de la OMS son cada día mayores respecto a la practica deportiva para sostener una buena salud en el tiempo?

¿Qué pasa que a pesar de todo esto, el mundo de la salud, no considera relevante el funcionamiento de los gimnasios?

Creo que llegó el momento de asumir nuestras culpas. Por años hemos vivido en el mundo de la estética y no de la salud. Año a año salen nuevos sistemas de entrenamiento que se enfocan en “lo que las personas quieren”, y seamos francos, las personas no vienen a el gimnasio porque quieren mejorar su salud. En su gran mayoría asisten porque quieren perder unos kilos y en muchos casos más preocupados por la temporada de traje de baño y la vergüenza que implica esto. Cada vez más la pelea es por quien vende el plan más barato a más personas. Nunca bajo el interés de que la persona asista, simplemente más preocupado de cumplir las metas de ventas que lograr el objetivo de que las personas asistan realmente al gimnasio.

Conceptos como “logra 5 horas de gimnasio en 10 minutos”, “pastillas mágicas”, “baja 20 kilos en un mes”, “ten el cuerpo que siempre quisiste en 2 semanas” y un sinfín de declaraciones que sabemos son falsas. Ninguno de esos llamados apela a una búsqueda de salud. Ninguno busca concientizar a las personas respecto a los beneficios del deporte para prevenir problemas de salud de la población. Porque sabemos que eso no vende. Y caemos víctimas del sistema. Porque lo que importa es vender y pareciera que las personas no los mueve su salud. ¿Porque si no estoy enfermo porque tendría que preocuparme por mi salud?

Puede que haya llegado el momento de empezar a trabajar con el sistema de salud. Llegó el momento de integrar el deporte y la actividad física al sistema de salud y a empezar a ser consecuentes con lo que queremos entregar. Queremos generar hábitos saludables, no un abdomen plano para el verano. No quiero que me pague un plan para calmar su ansiedad de que no está haciendo nada por su salud. Quiero que venga a entrenar para que mejore realmente su calidad de vida en el tiempo. No le voy a vender el plan más barato que no tiene ayuda. Voy a venderle la asesoría, la compañía y la preocupación que necesita para generar una mejor versión y lograr envejecer de mejor forma. Es momento de hacer un cambio de como hacemos las cosas. Empezar a ser consecuentes y no acordarnos de la salud cuando nos conviene. Empezar a trabajar en nuevas formas de hacer llegar el deporte y la actividad física a las personas, de la forma correcta.

Empecemos a medir cuantas personas salieron del sedentarismo gracias a un centro deportivo. Empecemos a medir indicadores de salud en la población de un gimnasio vs el resto de la población. Comencemos por “premiar” a aquellos que entrenan de manera constante en el tiempo y que realmente se comprometen con su salud, como un ejemplo. Dejemos de criticar a los médicos e invitémoslos a participar de la actividad física o aún mejor, trabajemos en conjunto, abordemos a los pacientes en equipo y cambiemos juntos las estadísticas.

Si queremos ser tomados en serio, como parte de la solución, debemos visibilizar nuestro impacto y ser consecuentes con lo que queremos lograr. Dejar de vender humo y empezar a vender salud, esa que se consigue con esfuerzo, constancia y dedicación. Sin atajos, sin trampas, sin fórmulas mágicas.

Tal vez llegó el momento de que el mundo del fitness asuma sus errores y comience a cambiar.

En esto, todos somos responsables. Queremos que se nos tome en serio, queremos ser considerados parte de la solución. Empecemos a atacar el problema realmente y dejemos de complacer por vender y comencemos a impactar la vida de las personas.

Es hora de ser parte del cambio….

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