Mis descargos, mi versión
El siguiente relato busca plasmar mi versión de los hechos. Quiero que quede un registro de lo que sucedió, de manera de poder eventualmente entender en el tiempo, con mayor perspectiva, las razones de todo esto. Aún no logro entender bien que es lo que pasa. Por momentos siento que el mundo está en mi contra. Se que es mi ego hablando. No soy tan relevante para que el mundo decida actuar contra mío, pero ya llega un momento que uno se lo cuestiona.
La semana recién pasada recibimos una difícil noticia. Toda la RM retrocedía a fase 2. Eso implicaba que, después de 2-3 semanas de volver a funcionar, teníamos que volver a cerrar nuestras puertas. La noticia fue dura desde muchos aspectos. Primero está el seguir sintiendo que nadie nos considera relevantes, lo segundo es seguir jugando con la ilusión de los alumnos, de mi equipo de trabajo, tratándolos con desprecio y desidia. Todo lo invertido para volver a funcionar se iba al carajo. Por supuesto que nos inundó la rabia y la impotencia.
Al día siguiente recibimos una "buena noticia". Como parte de la decisión de llevar a toda la RM a fase 2 se incluía una nueva modificación al decreto 591 del MINSAL que regula las actividades y las fases. En este nuevo decreto se incluían las actividades deportivas en espacios abiertos, públicos y privados. Esta pequeña ventana nos permitía una luz de esperanza. Podíamos buscar como seguir trabajando, manteniéndonos apegados a la ley. Hasta ese momentos habíamos logrado poner a funcionar las operaciones de Las Condes y Providencia.
Para el caso de Las Condes, la solución era bastante simple. El espacio es techado pero abierto por los lados. Por lo que decidimos mantenerlo de la misma forma y en caso de recibir alguna objeción la idea era reaccionar rápido y sacar parte del techo hasta cumplir la norma (que son bien poco claras y específicas al respecto de los espacios abiertos). En el caso de Providencia el galpón se encuentra "cerrado". Dejo el cerrado entre comillas porque todo aquel que haya entrenado en Providencia en invierno sabe que no es un espacio cerrado. Circula aire, está lleno de goteras, tiene tomas de aire en el techo y dista mucho de ser un espacio hermético cerrado. Pero había que hacer algo. La decisión fue rápida y clara. Saquemos el techo. No teníamos otra alternativa,
Tomamos la decisión de cerrar la sucursal de Providencia por un par de día y que siguiera funcionando Las Condes. De esta forma tener la tranquilidad de poder sacar el techo y adaptar el espacio de trabajo. Cumplir con las normativas para poder seguir trabajando. Me subí al techo acompañado, por alguien que se manejaba mejor en la tarea, era bastante más difícil de lo que imaginaba y el miedo a caer se sentía constante. Logramos la tarea. Sacamos el 80% del techo de uno de los sectores y 50% del otro sector. Decidimos sacar solo el 50% del otro sector por dos motivos. Primero era más peligroso realizar la tarea y segundo, no sabíamos cuanto teníamos que sacar. Por lo que imaginamos, ingenuamente, que ante una fiscalización podríamos discutirlo y que nos aclaran cuanto techo sacar para cumplir con la norma (porque al final no se trata de que el espacio sea seguro, se trata más de cumplir con la norma)
El día Viernes de esa semana tuvimos finalmente una buena noticia. Nos visitó la SEREMI de Salud a nuestro local de Las Condes, nos autorizaron a seguir funcionando. No se imaginan la angustia que uno siente a estas alturas cada vez que aparece un funcionario Municipal. De un segundo a otro todo tu trabajo y todo tu esfuerzo depende de un funcionario y sus interpretaciones de la ley. Al final estás en manos de una persona que tiene el poder para decidir si puedes o no seguir trabajando. Ese día se revisaron los protocolos y el funcionamiento de nuestras instalaciones de Las Condes y se nos dio el OK. Esta revisión fue más relevante porque re afirmaba el que podíamos trabajar en fase 2 como espacio abierto, por lo que el único problema que podríamos tener en Providencia hacía referencia a la interpretación del espacio abierto.
Pasamos el fin de semana encerrados, listos para volver el Lunes con nuestras clases y los alumnos expectantes por esta nueva apertura.
Durante la mañana del día Lunes nada fue tranquilo. Tuvimos la visita desde temprano de inspectores municipales. Principalmente molestando por las patentes, por revisar cosas, etc. No llevábamos 5 horas abiertas y ya habían asistido a monitorearnos. Ese mismo día en la tarde llegan inspectores de rentas de la Municipalidad y 2 funcionarios del SEREMI. A los funcionarios de rentas se les mostró los mismo que a los de la mañana. Cada una de las patentes al día y se les explicó el funcionamiento de nuestro centro. Con ellos pasamos la prueba. Con los funcionarios del SEREMI fue bastante más difícil. Primero que todo ellos no estaban al tanto de las modificaciones del decreto 591. Tuve que imprimirles la ley y ellos leerla mientras revisaban. Luego terminamos con la discusión de que era un espacio abierto. Lamentablemente no existe una definición explicita para nuestra actividad. Por lo que queda sujeto a interpretaciones. Luego de que los funcionarios estuvieran aproximadamente más de una hora en el local. Discutiendo, sacando fotos y llamando por teléfono a su oficina tomaron una decisión. Iban a preparar un informe y revisar el tema con sus jefes. En base a los resultados del informe se acercarían a informarnos de su resolución. Volvimos a respirar. Al menos por poco tiempo.
Al día siguiente volvimos a abrir nuestras puertas. Ya era día Martes y después de un Lunes lleno de fiscalizaciones imaginábamos que podríamos trabajar tranquilos. Que equivocados estábamos. Como ya habíamos tenido tantas visitas de inspectores, y durante la mañana del día Martes todo había estado tranquilo, decidí trabajar desde la sucursal de Las Condes durante la tarde. No alcancé a sentarme a trabajar cuando me llaman por teléfono desde Providencia. Había vuelto a aparecer la SEREMI, en esta ocasión era entre 7 y 8 personas. Venían a cerrar el local.
No estaba dispuesta a acatar. Así que partí raudamente a el local de Providencia. Efectivamente al llegar me percaté de la comitiva de funcionarios que habían asistido a nuestras instalaciones. 4 funcionarios del SEREMI de Salud, 2 guardias municipales y 2 inspectores de renta. Los mismos que habían asistido el día anterior. Lo primero que me entero es que los funcionarios de renta ya habían cursado una infracción. La infracción era por tener un tragamonedas sin patentes. Lo que ellos llaman tragamonedas es un videojuego que teníamos en el segundo piso para distraernos los que trabajamos en el box. Es decir la multa estaba completamente mal cursada. Pero decidí no pelear esa batalla y me voy directo a hablar con los funcionarios del SEREMI. Su decisión era que debíamos cerrar por estar en fase 2. Que no podíamos funcionar. Les insistí que estaban equivocados, que como espacio abierto podíamos funcionar y que por eso habíamos sacado el techo. Nunca existió una discusión respecto a ser espacio abierto. Ellos insistían en que no podíamos trabajar. Después de una larga discusión "legal" y de interpretación de la ley, ellos decidieron mantener su posición y yo la mía. Después de insistirme que cerrar el local y yo negarme decidieron llamar a la PDI. Llegaron los funcionarios y nos forzaron a cerrar el local.
Nunca en todo el tiempo que estuvieron los funcionarios se generó siquiera la discusión de si éramos o no un espacio abierto. Simplemente la decisión fue la de cerrarnos y no dejarnos funcionar. Por supuesto que hasta ahora no entiendo las razones. Uno ve como las personas pueden estar 30-40 minutos en un vagón de metro, sin distanciamiento, en un espacio cerrado, pero no pueden hacer deporte con todas las medidas y en un espacio abierto. ¿Qué es lo que pasa con las autoridades que tienen tanto miedo a que realicemos actividad física?. ¿Qué le pasa a las autoridades que no son capaces de ver la importancia de realizar actividad física?. No logro entender como no lo ven. Me genera tanta impotencia, que el SEREMI de Salud, organismo que debiese velar por la salud de la población dedique tanto esfuerzo y recursos a cerrar un espacio que promueve la salud y el bienestar de las personas. No logro entender que es lo que sucede.
Para colmo y mayor vergüenza para la SEREMI de Salud, deciden publicar en sus RRSS con orgullo el cierre de Acción CrossFit. Cual justiciero que espera los aplausos de aquellos que acaba de salvar. Escribiendo en sus RRSS "...ningún gimnasio puede funcionar bajo techo." Irónico que hubiesen puesto el "bajo techo". Cuando hicimos lo imposible por sacarle el techo a el local. No se si se tratan de reír de nosotros o es parte de la ineptitud característica de nuestras autoridades. Es casi digno de un episodio de Cantinflas.
Entremedio de todo esto, ahora tenemos que enfrentar un sumario sanitario. Nuestra sucursal de Providencia sigue cerrada y nadie responde por todo lo que está sucediendo. Después de una tarde de mucho revuelo, todos vuelven a su vida normal y nuestras autoridades siguen buscando formas de destruir nuestro proyecto. Sigo sin entender porqué.
¿Cómo lograr revertir la situación?
¿Cómo doblegar la injusticia a la que nos vemos enfrentados?
¿Cuándo vamos a dejar de ser tratados como delincuentes?
¿Hasta cuando continua esta persecución?
Yo sigo escribiendo, reclamando, pataleando. Para que alguien me escuche, que ojalá alguien en algún momento nos escuche y le importe.
PS: He recibido muchos comentarios mal intencionados que buscan "interpretar" la ley para definir que están en lo correcto. La ley debe ser objetiva y para todos igual. No es posible que un centro de entrenamiento o gimnasio pueda funcionar al aire libre y otro no. Eso es antojadizo. Que si dice Gimnasio su patente o no es sólo un tecnicismo. Si realizamos la misma actividad debemos ser evaluados bajo los mismos criterio. Dos centros de entrenamiento evaluados por la misma entidad con respuestas distintas.
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