Creer en el proceso
Recuerdo los inicios de Acción y la angustia de no tener información. Quizás "sufrir" suene exagerado, pero la verdad es que sin historia ni datos, cada decisión era un salto al vacío. Me obsesionaba con el tiempo: quería que pasara rápido para ver los efectos de cada cambio, para confirmar si iba en la dirección correcta o si debía corregir el rumbo. Miraba las planillas de Excel, buscando respuestas que no estaban ahí. Esperando que los resultados coincidieran con mis expectativas. Nunca fue así. El 100% de las veces el resultado fue distinto a lo que imaginaba. Pero en cada intento obtenía información, cada tropiezo me daba la oportunidad de ajustar la estrategia. Una de las lecciones más duras del emprendimiento ha sido aceptar que no hay certezas. Dirigir un negocio se siente como ser el capitán de un barco sin mapa, con la brújula apuntando a un destino que aún no se revela. No navego a ciegas, pero la sensación de no saber si vamos en la dirección correcta es difícil d...