¿Y si a los políticos les hiciéramos un test de fitness?
Lo lindo de tener este espacio para escribir es que puedo dejar volar la imaginación, jugar con ideas locas, y no tener que darle explicaciones a nadie. Este domingo me apareció en redes un político que constantemente habla sobre la obesidad infantil, la necesidad de mejorar la infraestructura deportiva en Chile, y sobre cómo muchos espacios públicos están mal gestionados y subutilizados. Todo eso me interesa profundamente.
Para ser franco, no comulgo mucho con su línea política, pero aún así comparto su contenido. Porque —aunque suene triste— es el único que veo hablando de estos temas. ¿El único?
Tiene un pasado deportivo, se nota que se mantiene activo, y eso probablemente explica por qué se preocupa de estos temas. ¿Pero habrá más? ¿Existen otros políticos que vivan la actividad física como algo central en su vida? Me encantaría conocerlos. Porque si queremos cambiar la salud de nuestra población, sería bueno que quienes toman las decisiones fueran ejemplo de lo que predican.
Y ahí, como suele pasar en mi cabeza, apareció otra idea. Hace tiempo que se habla de implementar test de drogas para los parlamentarios, y eso me hizo pensar: ¿y si hiciéramos test de capacidades físicas a nuestros políticos? ¿Si les exigiéramos un apto físico?
Sí, ya sé que el test de drogas busca evitar conflictos de interés con el narcotráfico, pero pensemos esto desde otro ángulo: ¿Qué pasaría si exigiéramos que nuestros “honorables” tuvieran un mínimo de aptitud física?
No por estética. Por salud. Por coherencia.
Imagínate que quienes lideran campañas como “Elige Vivir Sano” realmente vivieran de forma sana. Que no fuera solo un slogan. Que en vez de repetirnos las cifras de obesidad y sedentarismo, empezaran por casa. Que cuidaran su cuerpo, regularan su estrés, durmieran bien, y fueran ejemplo para la ciudadanía. Que lideraran con acciones, no con frases en un PowerPoint.
¿Han visto a nuestros políticos? ¿No sería lindo verlos más cuerdos, menos estresados, menos amargados? Tal vez en vez de insultarse como escolares podríamos ver debates resueltos con un gallito o una competencia de push-ups. Sería, al menos, más entretenido.
Y ojo, no es solo por el show. Sabemos que el ejercicio constante mejora la salud mental, regula el estrés, sube la energía, te hace más resiliente. ¿No querríamos eso para quienes toman decisiones por todos nosotros? Para quienes nos representan día a día.
Porque sí: los políticos son reflejo de nuestra sociedad. Pero también son líderes. Nos guste o no, son quienes nos guían. Entonces, ¿hacia dónde están guiando nuestra salud? El liderazgo no se grita: se muestra. Los valores no se declaran: se practican, sobre todo cuando nadie está mirando.
Personalmente, sería feliz de becar a cualquier político que quiera empezar a moverse, a cuidarse, a convertirse en un mejor ejemplo. No porque necesite la ayuda económica, pero me encantaría ver a un par de diputados haciendo CrossFit, sudando la gota gorda en un box, mostrándole al país que sí se puede tener un trabajo exigente y aún así priorizar la salud. Creo que podría respetar mucho más a ese "honorable".
Porque no podemos seguir atrapados en una crisis de salud reactiva. Hay que dejar de correr solo detrás de lo urgente, y empezar a mirar lo importante. La prevención. El autocuidado. El moverse más. Vivir mejor.
Ideas como estas tal vez suenen locas. Pero lo lindo de este espacio… es que puedo dejarlas por escrito, para a quien si le importe.
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