¿Qué hacen los mejores?
Recuerdo claramente la pregunta que se instaló en mi cabeza justo después de renunciar a mi trabajo para dedicarme 100% a mi emprendimiento:
¿Qué hacen los mejores?
Mi primera reacción fue buscar los boxes de CrossFit más reconocidos a nivel mundial. En ese momento, eran los que llevaban atletas a los Games. Pero apenas empecé a estudiar sus casos, me surgió una duda incómoda:
¿Serán realmente esos los mejores?
La respuesta, con algo de reflexión, fue un claro “no”. ¿Por qué? Porque por más notoriedad que tuvieran en la comunidad CrossFit, fuera de nuestro nicho nadie los conocía. Y más importante aún: no veía cómo ese reconocimiento se traducía en un negocio rentable y sostenible. Y entonces, otra pregunta me golpeó:
¿Cuál es el mejor box?
Ahí tuve mi primer destello de claridad. Un buen box no es el que sale en Instagram o el que tiene más atletas compitiendo. Es el que es rentable, sostiene empleos, impacta vidas y se mantiene vivo en el tiempo. Un buen box debería tener una misión clara: sacar a más personas del sedentarismo, sin importar su nivel o punto de partida. Un buen box crea comunidad.
Con esa idea en mente comencé a buscar respuestas. Pero en el ecosistema local, en ese momento, la mayoría de los boxes parecían estar simplemente tratando de sobrevivir. Hasta que encontré un libro: Two-Brain Business. No recuerdo exactamente cómo llegué a él, pero lo compré el 4 de enero de 2015. Fue mi primer acceso a alguien que hablaba de cómo construir un negocio de CrossFit real, rentable y profesional. No había ninguna idea muy revolucionaria, pero al menos era un punto de partida.
A fines de 2019, me metí de lleno en el sistema de mentoría de Two-Brain. Ya tenía varios boxes rentables y que funcionaban, pero también había piezas que no encajaban. Sentía que podía mejorar. Además estaba mi ego que; "Quería ver qué tanto más me podían enseñar.”
Y la verdad… fue difícil. Muy difícil.
Al principio, todo me parecía imposible. Cada recomendación sonaba inalcanzable. Mi cabeza repetía:
“Eso no se puede hacer en Chile.”
“Eso es solo para boxes que cobran 200 dólares al mes.”
“Ellos no entienden nuestro contexto.”
Aún así, seguí. Gracias a mi mentor Peter y la comunidad de Two-Brain, seguí avanzando. De a poco probando una cosa, luego otra. Adaptando. Fracasando. Volviendo a intentar. Y de a poco entendí algo clave:
No es magia. Es trabajo. Es estructura. Es dirección. Es claridad
Los principios funcionan. Funcionan en Chile, en Canadá, en Estados Unidos o en Europa. Las herramientas se pueden adaptar al contexto, pero el marco general es universal porque está construido sobre cómo se comportan los seres humanos. Lo difícil no es que funcione… lo difícil es creer que puede funcionar para ti.
¿Y qué fue lo que me convenció?
La exposición constante a ejemplos reales. Cada mes, Two-Brain publica datos: los boxes con más alumnos, con mayor rentabilidad, con mejor retención, con más ventas. Y lo más valioso: cada uno comparte cómo lo logró. Sin secretos, sin humo. Simplemente te muestran que no hay fórmulas mágicas: solo consistencia, foco y voluntad de mejorar. Esos dueños de boxes que te cuentan que lo lograron no son MBA's de Harvard o científicos de la NASA, son personas como tu o yo, que tienen pasión por el fitness y se lanzaron de lleno a arreglar sus problemas, a construir las bases y se convencieron de que no hay imposibles.
El 99% de lo que comparto acá, en mis mentorías y en mis asesorías, viene de ahí. Y sí, el sistema de 2 Brain es caro. Muy caro. Pero vale cada puto peso. Lo sé, la mayoría no puede pagarlo. Por eso es que comparto lo que aprendo. Porque quiero una mejor industria del fitness en Chile. Quiero que más boxes sobrevivan. Quiero que más coaches puedan vivir bien de esto. Quiero que más personas encuentren espacios reales para cambiar sus vidas.
Quiero convencerte. Pero no desde la teoría. Desde la experiencia, desde los datos, desde la práctica.
Quiero convencerte de que:
Puedes construir un negocio sólido, que dure 20 años.
Puedes vivir bien de esto y mantener a tu familia.
Puedes formar un equipo que crezca contigo y disfrute el proceso.
Puedes dejar de correr hacia el fondo persiguiendo al más barato.
Puedes crear un espacio que realmente cambie vidas.
Sé que tu cabeza va a seguir diciéndote que no se puede. Lo entiendo, yo también estuve ahí. Pero mi compromiso es seguir insistiendo. Aunque no me lean. Aunque no me escuchen. Porque sé que esto funciona.
¿Te convencí? Conectemos. Conversemos.
Te prometo que vale la pena.
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