¿Porqué la gratitud puede cambiarlo todo?
Creo que una de las herramientas más poderosas que he descubierto con el tiempo es el ejercicio de la gratitud. El efecto que puede tener en la forma en que vemos la vida termina siendo realmente impresionante. En este texto quiero compartir un poco de mi experiencia, lo que ha significado para mí y cómo he tratado de incorporar esta práctica en mi vida.
Vamos desde el principio. Aquellos que me conocen de cerca, creo podrían definirme como un pesimista. Sí, toda mi vida he tenido una manera de ver el mundo bastante negativa, o al menos con foco en los problemas. No creo que sea algo tan particular mío; pienso que de cierta forma nuestra mente está "programada" para identificar lo que está mal.
En lo personal, me gusta resolver problemas. Y eso hace que, muchas veces, los busque. En mi trabajo en el mundo de las finanzas, haciendo proyecciones y análisis, siempre me he inclinado a pensar en los peores escenarios. Bajo la premisa de que si el peor escenario es tolerable, entonces no es necesario preocuparse de los escenarios positivos. El mundo de los "happy problems" nunca ha sido parte de mi preocupación.
Esto me llevó incluso a sentir que tener un enfoque negativo era una virtud. Que ver el lado malo de las cosas me permitía identificar más rápido el problema y ocuparme de la solución. Pero un poco antes de la pandemia, esta visión empezó a cambiar.
En esa época comencé a practicar meditación. Dentro de los ejercicios, aparecía constantemente el concepto de gratitud. Al principio no le puse mucha atención, aunque lo escuchaba una y otra vez (uso la app Headspace hasta el día de hoy).
Todo cambió cuando llegué a un libro llamado The Happiness Advantage.
Este libro es una oda a la corriente de la Psicología Positiva (Positive Psychology). Llegué a él después de ver la charla TED del autor (https://www.youtube.com/watch?v=GXy__kBVq1M). El libro plantea de manera muy convincente cómo nuestra felicidad está influenciada, principalmente, por la forma en que vemos el mundo.
Y que, por defecto, nuestra mente va a encontrar los errores. No necesitamos ayuda para eso. Pero sí necesitamos ser conscientes de cómo "alimentamos" nuestra mente.
Uno de los ejercicios que propone el libro, y todavía lo practico de manera no tan constante con mi familia: decir tres cosas positivas que tuvo tu día.
Durante la pandemia lo hicimos con más constancia, y debo decir que terminar el día con esa mirada positiva tuvo un gran impacto en mi en una etapa realmente difícil.
Desde entonces, he leído bastante sobre el tema. Otro libro que recomiendo es The Gap and the Gain. Su concepto es muy simple: ser consciente de cómo tendemos a enfocarnos en lo que nos falta, y no en lo que ya logramos. Queremos bajar 10 kilos, pero no celebramos los 3 que ya bajamos. Solo vemos los 7 que faltan. El concepto aplica a muchas dimensiones de la vida.
Hoy tengo una serie de rituales que “obligan” a mi mente a enfocarse en lo positivo que me rodea.
Pero con el tiempo me he dado cuenta de que cuando esos ejercicios son colectivos, el impacto es mucho mayor, se amplifica la gratitud, se amplifica lo positivo.
Principalmente porque cuando las personas que quiero están bien, eso me llena de una sensación genuina de optimismo. No solo se trata de hablar de lo positivo, sino también de escucharlo desde otros.
Participo activamente en un grupo de boxes alrededor del mundo por facebook. Todos los viernes celebramos el "Bright Spot Friday": compartimos las cosas buenas que vivimos esa semana. Son dueños de boxes, como yo, compartiendo lo bueno que pasa en sus negocios y sus vidas.
También participo en un grupo de coaches, donde tenemos el ritual del "Miércoles de Gratitud del Coach". A veces el trabajo como coach puede volverse monótono, pero enfocarte en lo positivo que generas —y lo que te genera— hace una diferencia inmensa, renueva tu energía.
También participo en un grupo de hombres/padres/cuarentones o más, donde cada viernes compartimos los Viernes de gratitud. Debo decir que ese grupo es el que más impacto me ha generado. La tradición se ha vuelto poderosa, espero con ansias el primer mensaje de cada Viernes para leer e inspirarme de esta linda tradición.
Por último —y esto lo comencé hace muy poco—, estoy escribiendo cada noche. Plasmo ideas antes de dormir, y siempre termino escribiendo algo sobre mi pareja y las cosas que agradezco de ella. En una relación de pareja siempre hay roces y fricciones. Pero irme a dormir reconociendo lo positivo, que es casi todo (en caso de que esté leyendo), siempre me saca una sonrisa.
Hay muchísima evidencia sobre cómo la psicología positiva y ciertos hábitos pueden modificar nuestra forma de ver la realidad. Y lo que me gustaría dejar como mensaje principal es justamente eso:
cuidar cómo alimentamos nuestra mente.
Todo lo que consumimos —conversaciones, pensamientos, redes, contenido, hábitos— tiene un efecto en nuestra percepción del entorno. Y cuanto más intencionados seamos en ver la felicidad que ya nos rodea, más felices nos sentimos.
Lo que comparto puede parecer anecdótico, pero lo comparto porque me ha servido profundamente.
Y porque veo, todos los días, cómo el foco constante en lo negativo nos está haciendo daño.
Creo que nuestro entorno podría mejorar si dedicáramos más energía a agradecer…
y menos a quejarnos.
Si cada uno de nosotros trabajara en ver la vida con más gratitud, tal vez todos terminaríamos siendo un poco más felices.
Y sinceramente,
eso
me haría muy feliz.
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