¿Que vendrá en el futuro?

Siempre que enfrento el ejercicio de mirar hacia el futuro no puedo evitar reencontrarme con las sensaciones de la época del COVID. Ese período en el que todos mis intentos de anticipar lo que vendría fueron inútiles y en el que tuve que soltar, casi a la fuerza, la obsesión por controlar el futuro.

Aun así, creo que proyectar sigue siendo un ejercicio valioso. No para adivinar lo que va a pasar, sino para comunicar una dirección. Porque más allá de que se logre o no, mucho de lo que imaginamos depende de variables que simplemente no controlamos.

¿Y qué depara el futuro del proyecto de Acción?

En el último tiempo mi obsesión ha estado puesta en los resultados. En los resultados reales que pueden lograr nuestros alumnos y en el trabajo que hacemos para ayudarlos a conseguirlos. Porque de nada sirve poner a alguien en movimiento si eso no se traduce en lo que esa persona espera.

Claro que es valioso mejorar la salud, recuperar la confianza, sentirse mejor. Pero por sobre todo está cumplir expectativas. La transacción económica exige eso: que cumplamos con nuestra parte del trato. Y eso, en el fondo, es entregar resultados.

Pero para eso hay que partir por entender algo fundamental.

¿Qué buscan realmente nuestros alumnos?

En el proceso hemos descubierto respuestas muy diversas. La más recurrente es el cambio en la composición corporal. Esos kilos de más que se acumulan con los años empiezan a incomodar, a afectar la confianza y a generar una sensación de descontrol.

También nos encontramos con personas que quieren resultados, pero cuyas expectativas sobre lo que deben hacer para lograrlos están desconectadas de la realidad.

Nos hemos encontrado con muchas personas que llegan derrotadas, convencidas de que ya no pueden recuperar su forma física ni su mejor versión.

Nos hemos encontrado con personas que buscan un espacio para conectar con otros, porque se sienten solas o perdidas.

Y también con problemas reales de salud, tanto física como mental. Situaciones profundas que atraviesan la vida de nuestros alumnos y que jamás conoceríamos si no nos detuviéramos a conversar y a escuchar.

Abrir esa puerta —la de conocer de verdad a quienes entrenan con nosotros— nos ha entregado un valor enorme como proyecto. Nos ha dejado claro que el desafío es mucho más grande que simplemente dar clases de CrossFit.

Necesitamos más herramientas. Necesitamos elevar nuestro nivel. Necesitamos ser mejores en lo que hacemos. Porque esa es la única forma de que las personas que cruzan nuestras puertas se vayan con los resultados que buscan y, por consecuencia, se mantengan entrenando en el tiempo.

Es curioso llevar tantos años en esto y recién ahora tomarnos en serio el entender a cada persona que comienza a entrenar con nosotros. Asumimos demasiadas cosas durante mucho tiempo. Y en ese proceso dejamos de ayudar más, dejamos de entregar más valor.

Entonces, ¿qué viene para el 2026?

Más de lo que estamos haciendo, pero mejor.

Más foco en resultados. Más intención en cada servicio. Más claridad en cómo acompañamos a cada persona para que logre lo que vino a buscar.

Queremos que quienes entren en Acción se queden porque da resultados. Porque mejoran su composición corporal. Porque recuperan la confianza. Porque vuelven a sentir que tienen control sobre su salud.

Queremos ser ese lugar donde los objetivos de fitness se cumplen, paso a paso, con acompañamiento y con criterio.

El foco seguirá estando en el coaching. En el servicio diario. En la preocupación genuina por cada persona que elige dedicar una hora de su día a conectar con su cuerpo y su mente en Acción.

El 2026 traerá desafíos, de eso no tengo dudas. Pero también traerá alegrías, sonrisas y logros.

Seguiremos luchando por transformar un país sedentario en un país en movimiento. Seguiremos intentando ser un espacio que entregue valor real a la vida de las personas, que las ayude a retomar el control de su salud y a vivir mejor.

Seguiremos soñando con ser un lugar que cuida, que acompaña y que transforma.

Un burpee a la vez.

Como lo hemos hecho durante los últimos 13 años.