¿Cuántas personas has entrenado?

El proyecto de Acción lleva 12 años, camino a su año 13. En todo este tiempo han pasado alrededor de 18.000 personas por las puertas del proyecto. En la actualidad somos una comunidad de 1.050 personas que se mantienen entrenando con nosotros todos los meses. Cada mes ingresan alumnos nuevos, cada mes perdemos alumnos. Algunos comienzan llenos de esperanza y otros nos abandonan decepcionados. Esto no nos desmoraliza, lo seguimos intentando una y otra vez, con la esperanza de que lo vamos a lograr. 

Cada alumno que ingresa es una nueva oportunidad de esta vez si lograrlo, esta vez si lograr el éxito y conseguir entregarle a la persona lo que está buscando. Ahí nace la pregunta. 

¿Qué está buscando este nuevo alumno?

El día de ayer tuve una reunión con mi equipo de coaches y comenzamos haciendo un cálculo rápido. ¿Cuántas personas has entrenado? Me encontré con diferentes respuestas. Trabajo con coaches que están partiendo y con otros de basta experiencia. Llegamos a números entre los 6.000 y 23.000. Pese a que la veracidad de estos números da para otra discusión (las habilidades matemáticas de mis coaches las analizaremos en otra ocasión), indudablemente son hartas personas. Luego de realizado el cálculo les pedí que identificaran "su obra de arte". Que dentro de todos esos alumnos que han entrenado pensaran en aquel que los llena de orgullo, aquel que representa tu mejor trabajo como coach. Les di unos minutos para identificarlo y luego escribir una pequeña descripción de la persona y el cambio. Muy simple, como partió y como terminó. Que hace que a esta persona en particular la definas como un éxito y que fue lo que realmente lograste. Acá les tuve que dar varios minutos.

Una vez pasado el tiempo les di la oportunidad que lo compartieran con el resto del equipo. Las historias eran todas inspiradoras. Fuimos identificando resultados. Uno de los puntos "curiosos" era con la facilidad que describían el problema pero lo mucho que les costaba explicar el éxito que habían logrado realmente para la persona. Con la ayuda del equipo fuimos identificando lo que logró como resultado cada uno. Mejorar el autoestima, aumento de confianza, ser el guía de una persona en una etapa difícil, devolver el amor por el deporte, modificar los entornos. Cada uno de los éxitos no tenía que ver con metas deportivas ni con kilos más o kilos menos. El impacto en las personas tenía que ver con cosas más profundas. Ninguno habló de sus planificaciones o como la persona al final hacía una sentadilla perfecta. Cada uno de los éxitos definidos tenía que ver con el cambio que experimento la persona y el rol que cumplimos como coaches en el proceso.

Una vez terminado el ejercicio les pedí que identificaran cuantos éxitos tenían en lo que va de su trayectoria. Acá todos se quedaron pesando un rato. Lo cierto es que cada uno tenía una distinta definición de éxito, pero independiente que la definición variara la comparación de éxito/fracaso era abrumadora. Lo cierto es que con suerte se llegaba a un 1% de éxito. Es decir, podemos decir que somos coaches que aseguran resultados al 1% de los atletas con los que trabajaremos. ¿Esto no parece como un gran número cierto?

Es doloroso verlo desde este prisma, pero también es certero. 

Les pedí que se detuvieran un segundo y reflexionaran que es el éxito para ellos como coach. Que cambio buscas lograr en las personas. Luego, identifica a quienes puedes ayudar con ese problema y por último comunícale a esas personas que les puedes ayudar, sólo a esas personas. Volverte un entrenador efectivo es entender donde está tu valor y dejar de querer darle resultados a todos.

Entonces volvemos a lo esencial: ¿qué prefieres?

¿Ser uno más que colecciona fracasos, escondido detrás de transpiración y cansancio?

¿O ser de los pocos que de verdad cambian vidas?

No necesitas más certificados, ni más planillas de entrenamiento, ni más excusas. Necesitas definir tu estándar, dejar de aceptar a todos y empezar a trabajar sólo con quienes estás dispuesto a llevar hasta el final.

El éxito no se mide en número de clases dadas ni en cuántos atletas pasaron por tus manos. Se mide en transformaciones reales.

Y esa es tu decisión.

¿Vas a seguir siendo un coach con 99% de fracasos?

¿O vas a tener la valentía de ser un coach para el éxito?

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