Ser francos y claros
La comunicación sigue siendo uno de mis principales problemas. No soy un buen comunicador, los últimos años he trabajado en mejorar esto, pero lamentablemente aún me encuentro muy lejos del lugar donde me gustaría estar. Pese a que realizo repeticiones intencionadas cada semana para intentar mejorar esto, mi capacidad de lograr que mis mensajes permeen en otros sigue estando muy lejos de lo que necesito y espero.
Estos son los momentos dónde uno puede elegir darse por vencido y declarar "soy malo para esto y no vale la pena seguir intentándolo", o es donde sale esa energía inclaudicable que te lleva a creer en el proceso e intentarlo una y otra vez. Como se pueden imaginar en estos momentos me identifico con la segunda opción. Seguiré trabajando en mejorar esto y muchos aspectos de mi. Seguiré buscando mejorar mis capacidades de liderazgo con la esperanza de algún día estar a la altura de lo que siento el proyecto de Acción necesita para cumplir su objetivo, su misión.
Su objetivo, su misión. Acá me quiero detener un segundo. Reforzar esto que pareciera se pierde en el día a día y que en ocasiones perdemos de vista la forma pensando sólo en el fondo. Es por esto que me gustaría usar estas líneas para expresar de manera clara que es lo que busco del proyecto de Acción y como me interesa que se lleve a cabo esta búsqueda. Porque no se trata sólo del objetivo, creo a estas alturas que el como se llegue a ese objetivo es igual de relevante.
La problemática que llevamos enfrentando los últimos 13 años sigue siendo la misma. La necesidad biológica de los seres humanos de mantenerse en movimiento. Tenemos como responsabilidad fundamental hacernos cargo de nuestro cuerpo para poder enfrentar el proceso de envejecimiento y vemos en el entrenamiento y estilo de vida una herramienta fundamental para poder preservar la salud por el mayor tiempo posible. Siendo la salud el pilar fundamental para poder vivir nuestra vida de manera plena. Ahora, esa declaración pareciera no revestir ningún problema. Hay que hacer actividad física, hay que alimentarse bien, hay que cuidar nuestro estilo de vida. Pero, ¿Porqué es tan difícil?
Son cientos de razones y no es lo que me interesa desarrollar en estos momentos. Pero pese a que nuestro cerebro lógico y racional entiende que debemos hacer actividad física, debemos comer de manera balanceada y que debemos cuidar nuestra salud mental hoy en día enfrentamos una crisis de enfermedades ocasionadas por nuestro estilo de vida. Esto nos hace pensar que no basta con entender el problema, necesitamos estrategias efectivas que nos permitan actuar de la manera que logremos cuidar nuestra salud y prevenir esta problemática.
Acá es dónde siento que difiero con muchos en la manera de enfrentar el problema.
El problema no se soluciona con la última tendencia en entrenamiento (GAP, bodybuilding, cycling, spinning, CrossFit, Hyrox, OCR), ni con la dieta de moda (paleo, vegana, vegetariana, carnívora). Mucho menos con pastillas (Ozempic, metformina, insulina, estatinas). Desde mi perspectiva, la clave está en el entorno que creamos, las conexiones que formamos y la guía que recibimos. Ahí es donde el coach se convierte en un pilar fundamental para transformar hábitos y construir un estilo de vida sólido. A diferencia de médicos y nutricionistas, cuyas intervenciones son puntuales, el coach está presente en el día a día. Acompaña en los momentos buenos y en los difíciles, brindando apoyo cuando más se necesita. Un buen coach no solo transmite información, sino que impulsa cambios reales, guiando a la persona en ese 1% de mejora diaria que, con el tiempo, marca la diferencia.
Eso es lo que buscamos en Acción: un equipo de coaches que ayude a las personas a enfrentar los desafíos del estilo de vida. Sabemos que con bases sólidas, todo lo demás puede florecer, pero sin ellas, el desarrollo personal se estanca. Por eso somos un equipo numeroso: nuestro valor está en la interacción humana, en la preocupación genuina por cada persona. No arrendamos espacios ni vendemos información; formamos líderes que transforman vidas. No nos interesa el cambio rápido ni superficial, sino la evolución real. Acción no es solo un gimnasio, es un movimiento, es un estilo de vida. Un espacio donde la gente no solo entrena, sino que aprende a vivir mejor, y el coach se encuentra en el centro de esta transformación.
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