¿Buscando la Felicidad?

Quiero viajar, quiero el último iphone, quiero ganar más, quiero una casa, quiero un auto, quiero una moto. Pareciera que nunca acaba, pareciera que siempre queremos más. ¿Es así? ¿no podemos parar?

El contexto lo es todo, como seres humanos nuestra historia estuvo marcada por la escasez, marcada por la carencia. Todo parece indicar que eso generó en nosotros esta adicción dopaminesca, que nos lleva a una insatisfacción constante de lo que tenemos y pareciera que nuestra ambición no tiene límite. Acá van a haber algunos que no se sientan tan identificados, que no sientan tal vez esa necesidad de consumo. Pero no es sólo el tener cosas, son distintos ámbitos de la vida donde buscamos satisfacer nuestros deseos. La búsqueda del placer pareciera estar mucho más enraizada en nosotros que la búsqueda de la misma felicidad. A nivel neurológico incluso podemos identificar los receptores de placer que se prenden cada vez que obtenemos lo que queremos. Ya sea los "me gusta" de las RRSS, esa prenda de vestir que añorábamos, esa cerveza fría al final del día que representa la recompensa del trabajo, esa comida alta en azucares que enciende nuestros sentidos. Son distintos receptores de placer, son distintos receptores de recompensa. El loop constante de búsqueda de recompensa y de satisfacción, parece que nunca se detiene. Eso nos lleva a sobre comer, a pasar más tiempo del que deberíamos en RRSS, a quedarnos pegados en las series de Netflix, a tomar ese séptimo trago o esa repetición de postre. 

¿Cuan felices nos hace el satisfacer nuestros deseos?

Creo que confundimos constantemente esta búsqueda de placer con la búsqueda de la felicidad, que se encuentran en planos totalmente distintos y pareciera que muchas veces no se juntan. Pareciera que el objetivo de tener una casa es compartido por muchos. Pero la realidad es que lo que añoras construir es un hogar, un hogar es ese espacio dónde te sientes seguro, dónde sientes que perteneces, dónde sientes que están los tuyos. Eso no se consigue con las cuatro paredes, requiere mucho más que conseguir el objeto casa. No se trata de encontrar una pareja, se trata de encontrar a un compañero de vida con el que puedas compartir el camino y que sientas que puedes volver a sus brazos siempre cuando las cosas se ponen difíciles, porque se pondrán difíciles. Con quien puedas construir tu familia. Querer ganar más dinero en tu trabajo es algo común, te sientes más valorado. Pero tener un trabajo que te haga sentir orgulloso de lo que haces, por el que te sientas reconocido más allá del dinero que ganas con él. Encontrar tu vocación, ese llamado de la vida, ese lugar dónde te sientes útil, dónde podrías estar desarrollándote todo el día sin parar.

¿Estás atrapado en la búsqueda de satisfacer tus deseos?

Hace 5 meses decidí dejar el alcohol. Decidí dejarlo por variadas razones, pero la principal es que estoy satisfaciendo un antojo, me estoy dando un premio. Pero resulta que es un premio que no me hace bien, es un premio que afecta mi salud. Cuando me pregunté a mi mismo, "mismo, ¿Qué es más importante, tomar esa cerveza o ser feliz? " me di cuenta que mi felicidad no está en tomarme esa cerveza. Mi felicidad está en hacer todo lo que esté a mi alcance para disfrutar a mis hijas por siempre, por todo el tiempo que pueda. Quiero verlas crecer, quiero estar presente para su vida y quiero estar bien para ellas. Así se ve mi felicidad, eso es lo que quiero construir. ¿Necesito de una cerveza para ser feliz? Para nada, el placer y la felicidad van por carriles distinto.

¿Cuánto placer te está costando tu felicidad?

Indudablemente el concepto de felicidad es muy complejo, es muy difícil de comprender. Creo que abarca muchas cosas, muy complejas del ser humano. Pero lo que si estoy seguro es que la felicidad no está en comer en exceso, en comprar y comprar posesiones,  en adormecer nuestros sentidos con variadas drogas o gastar nuestra vida en videojuegos o RRSS. La felicidad está al alcance de todos, pero debemos tener el coraje de querer descubrirla y para eso creo que es necesario que aprendamos a renunciar al placer y dejemos de confundir estos conceptos que pareciera poco tienen que ver.

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