Un año más

No, esto no se trata de un post de cierre de año. No se trata de despedir el 2024 y empezar con la celebración del 2025. El día de hoy mi hija mayor cumple 11 años. El proyecto de Acción comenzó unos meses antes de su nacimiento, el proyecto llevaba 6 meses con las puertas abierta cuando ella llegó a este mundo y desde mi perspectiva, ella es una de las piezas fundamentales que han permitido que el proyecto, pese a todo, siga en pie.

Sofía, mi hija, nace en un momento especial de mi vida. Después de muchos fracasos en el mundo corporativo, sin poder encontrar mi rumbo, decidí dedicar una parte de mi tiempo a un box de CrossFit. A armar un sueño, que parecía una locura. Mi familia me apoyó, pero pensó también que me había vuelto loco. ¿Qué estaba tratando de hacer? Iba a cambiar mi carrera como ingeniero para abrir en un taller mecánico un espacio para entrenar a las personas. ¿Qué sabía yo de eso? Al poco tiempo de nacida mi hija tomo una de las decisiones más importantes de mi vida. Renuncio a mi trabajo, desde cierta perspectiva, renuncio a esa vida. Me doy cuenta que no estoy viviendo la vida que quiero, no me siento orgulloso de lo que hago, por otro lado, el box empezó a encender una llama en mi vida. Me empezó a entregar mucho. Sonrisas, alegría, la posibilidad de impactar en las vidas de otros. Mi hija crecía y mi propósito también. Me encontraba con una parte que no conocía de mi. Emociones por todos lados. Sentir la responsabilidad de esta pequeña criatura que había traído al mundo. Sentir la responsabilidad por la salud de cientos de personas. Empezaba a mirar mi trabajo como algo que quería mostrarle a mi hija cuando fuera grande. Quería que ella me viera hacer esto, que me viera vibrar con esto. Me sentía feliz. Quería ser un papá feliz.

Los años pasan y Sofía ha estado en el box siempre. Me acompaña y entrena conmigo. Me ha visto trabajar eternas horas, organizar eventos, dar clases. Ella es una parte fundamental de este proyecto. Es uno de los motores incombustibles que uso para poder seguir adelante. El box le permite a ella crecer, le permite desarrollarse, el proyecto me entrega los recursos para poder mantener a mi familia. Para poder ayudarlos, para poder acompañarlos. Mi familia y Acción, se entrelazan de formas que no puedo explicar. Son un todo.

He escrito muchos de estos blogs, la gran mayoría no llegan a ser leídos por muchas personas. Hoy quería compartir algo desde el corazón.

Quiero que todos puedan darle a sus familias la vida que le he podido dar a Sofía. Esto lo he logrado con mucho trabajo duro, pero también con mucha ayuda. Con valorar mi trabajo y no tener miedo a subir los precios, a no tener miedo a declarar los valores de mi proyecto, a no tener miedo de que algunos se molesten. Mis proyectos tienen lucro, son rentables y así logro mantener a mi familia y que mis hijas se desarrollen en un ambiente sano y felices. Me siento orgulloso de esto.

Es un año más de vida de mi hija. Y agradezco al proyecto de Acción que me ha dado la posibilidad de disfrutarla, de darle la vida que se merece. Con un papá feliz, que ama lo que hace y que puede tomarse el tiempo de estar con ella en los momentos importantes de su vida.

Si tienes un box, centro de entrenamiento, te dedicas a que las personas se mantengan en movimiento. Te mereces poder vivir de esto, tu familia se merece esas vacaciones, te mereces poder ayudar a la salud de tu familia, te mereces poder estar con quienes te aman y apoyarlos en su desarrollo. Tu proyecto tiene que poder servir tu vida, no se debe apoderar de tu vida.

Te da miedo subir tus precios. Hazlo por tu familia. Ellos se lo merecen

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