Caerse una y otra vez (Parte 3)

Ya, espero que esta sea la última parte. Se está volviendo tedioso escribir de los fracasos, así que, acá vamos. Guardé para el final aquellos que considero más ambiciosos. No por la promesa de beneficio futuro, principalmente porque son los que tenía plena conciencia de que tenía baja probabilidad de éxito pero sigo creyendo que en caso de funcionar podrían tener un alto impacto en el entorno y en el proyecto.

Este año nos lanzamos de manera más intencionada hacia la salud. ¿Qué quiere decir esto? Simple, incluimos en el equipo a un médico, a un especialista del área de la salud. Soy un convencido de que es urgente que estrechemos lazos entre los entrenadores y los profesionales de la salud. La evidencia respecto a los beneficios directos de el movimiento en la salud de las personas es abrumador. No obstante seguimos trabajando por carriles completamente separados. Constantemente los médicos envían a sus pacientes a hacer actividad física, sin tener claro una correcta prescripción de esto. Los entrenadores se enfrentan a personas con enfermedades metabólicas sin mayor claridad de su estado de salud. 

¿Cómo empezó la iniciativa? Queríamos abrir un espacio dónde nuestros alumnos pudieran atenderse con un médico que no les iba a recetar reposo, que nos los llenaría de pastillas. Un médico que trabajara con el concepto de prevención y que no todo fuera reactivo. Lamentablemente la prevención no es sexy. No podemos cuantificar cuantos paros cardíacos estamos evitando en la población gracias a que mantenemos a las personas haciendo CrossFit, sabemos que es importante, pero no podemos cuantificarlo. Esto hace que la prevención sea poco atractiva y por lo tanto el servicio que entregamos cae en lo mismo. ¿Con que soñaba? Así como tenemos claro cuantos pullups podemos realizar, o cuanto es nuestro tiempo de Fran, quería que tuviéramos claridad de nuestros niveles de triglicéridos, hemoglobina glicosada, niveles de colesterol. Constantemente las personas que llegan a entrenar con nosotros nos declaran querer entrenar para mantener su salud. Quería ser más intencionado en esto, poder mostrar el impacto que tenemos. Queda la deuda pendiente de mostrar las posibilidades que entrega el tener este tipo de servicios.

Adicional a esto, junto a Claudio, el doc, nos lanzamos a presentar un proyecto al Instituto Nacional del Cancer. El proyecto era ambicioso, pero sentimos que podemos ser un gran aporte para las personas que cursan esta enfermedad. Tuvimos variadas reuniones y nos pillamos con un alto nivel de entusiasmo del personal médico por llevar a cabo la iniciativa. Lamentablemente el proyecto quedó atrapado en la burocracia. Quedó atrapado en aquellos que toman las decisiones detrás de un escritorio y que tratan de evaluar riesgo-beneficio alejado de la realidad de los pacientes o los médicos. El proyecto quedó estancado y la posibilidad de ayudar en la pre habilitación desapareció. Seguimos con la esperanza de lograr algo en este ámbito. Seguimos con la convicción que nuestro trabajo es valioso y tiene mucho que aportar en este aspecto.

De la mano de los proyectos locos. Hace mucho tiempo vengo persiguiendo el lograr cambiar el diseño de empresas o instituciones. Soy un convencido que podemos mejorar la calidad de vida de las personas modificando sus entornos. En esta lógica es que comencé a molestar a un antiguo alumno del box que es funcionario de la PDI. ¿Qué buscaba? Ayudar a los funcionarios de la PDI a mantener sus capacidades físicas para poder realizar su trabajo. Por lo general este tipo de instituciones necesita que su personal mantenga un alto nivel de salud y fitness pero delega la responsabilidad. Por otro lado no existe una forma de hacerse cargo de que se encuentren en un nivel optimo. El proyecto era bien simple. Abrir un box de CrossFit dentro de sus instalaciones. Tener clases en distintas horas del día que les permitiera entrenar al menos 3 veces por semana. De esta forma mejorar su condición física, tener impacto en la salud mental, trabajar en conceptos de camaradería y trabajo en equipo. Son tantos los puntos que pueden ser relevados con un proyecto así. Lamentablemente la iniciativa quedó en lo mismo que lo anterior. Burocracia, no se puede hacer, el presupuesto y un largo etcétera de imposibles. Sigo creyendo que un proyecto así podría ser completamente transformador.

Ya, me aburrí de hablar de los fracasos, creo que estos 3 blogs han sido un buen resumen de todo lo que no hemos logrado. Si me deja tranquilo que lo seguimos intentando, que cada uno de los proyectos se encuentra alineados con la Misión de Acción y que estoy disfrutando el proceso. Sigo dejando que mi corazón me indique hacia donde y que mi cabeza resuelva el como lograrlo. Por ahora parece que mi cabeza no ha sido capaz de solucionar tanta iniciativa. Ya llegarán las victorias, no me cabe duda que estamos más cerca.

Vamos por más caídas ese 2025 y de repente, logramos una victoria.

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