Caerse una y otra vez (Parte 2)
Por algún motivo me entusiasma escribir de mis fracasos. No se a que se debe, me genera expectación. De cierta manera el revivir el proceso me entrega cierta claridad mental que por algún motivo me lleva a un estado de excitación. Es casi como abrir una sorpresa. Después de escribir el artículo de la semana pasada me quedé el resto de la semana en un estado reflexivo. Tratando de entender mejor que estamos haciendo mal, porqué pareciera que no logramos apuntar al objetivo.
Vamos con otro de los proyectos emblemáticos que no logramos sacar a flote. El año 2015 se me ocurre llevar a cabo una idea que en el papel sonaba genial. Empecemos a hacer clases para adultos mayores. CrossFit, dentro de su filosofía, tiene el concepto de que las necesidades de los atletas olímpicos y abuelitos difieren en grado, no en forma. Es decir, todos necesitamos entrenar lo mismo. Con este concepto en mente es que nace el programa de Senior. Al poco andar nos dimos cuenta que el resultado que entregaba el programa era de un valor inmenso. Recuperar habilidades física, mejoras tangibles en la salud y calidad de vida de las personas, generar un espacio de conexión para un grupo etario que realmente lo necesita. Son tantos los beneficios que vemos en este programa que el proyecto parecía un éxito en su nacimiento. ¿Cuál es el problema? El proyecto nunca ha sido rentable y siempre ha vivido subvencionado por Acción. La existencia del proyecto depende 100% de que seamos rentables en los otros proyectos y una parte de lo que obtenemos se va a financiar esta linda iniciativa. Este año decidí ponernos una meta ambiciosa. No me interesaba hacer rentable el proyecto, quería sólo lograr que creciera, pero no a costo del bolsillo de Acción, sino que buscar otros que les interesara ser parte de esta linda iniciativa. En la actualidad más de 100 adultos mayores entrenan con nosotros y viven los beneficios del programa. La meta era ambiciosa (como suele ser todo lo que hago), queríamos llegar a 200 alumnos. No logramos el objetivo. Hicimos llamados a empresas, nos reunimos con algunos interesados y no llegamos a nada.
Me quiero detener un segundo por lo desesperanzado que me deja esto. Veo una necesidad fuerte que existe en el mercado y que a nadie le interesa. El mantenernos activos después de los 50 años es una necesidad biológica. Si queremos mantener nuestra autonomía física debemos entrenar. No hay una pastilla que te vaya a arreglar el problema, debes tomar las riendas de tu salud y hacerte cargo. Pero pareciera que nadie entiende como hacerlo o quiere hacerse cargo. El proyecto lo hemos presentado en todos lados y a todos les parece una linda iniciativa pero nadie pareciera tener alguna intención de ayudar. En la actualidad el programa "sobrevive". Se sigue manteniendo con los aportes del mismo box y lo sacamos adelante más por ganas que por recursos. Pero es indudable que este año marca un nuevo fracaso en nuestra búsqueda de mantenerlo en el tiempo.
En una línea similar este año nos lanzamos a modificar el proyecto de Kids. Esta iniciativa ha vivido también desde los inicios en Acción. El proyecto ha pasado por distintas sucursales, por distintos formatos. Nunca hemos sido capaces de estructurarlo de manera correcta. Siempre ha quedado como un espacio sobrante, nunca con mucho compromiso de parte de nadie. Los niños venían porque los papás querían entrenar. Armábamos clases que fueran entretenidas, pero no había un plan de trabajo que apuntara al desarrollo de habilidades físicas. Todo caía un poco en el mundo de "hacer lo mejor posible con lo poco que se tiene". Al final el proyecto parecía no se atractivo para nadie y sólo cumplía el rol de ser una guardería para que los papás que querían entrenar tuvieran dónde dejar a los peques los días Sábados. Queríamos terminar con esta idea y nos lanzamos a cambiar el formato. Talleres de 3 meses. Con foco en el desarrollo de habilidades físicas, clases 2 veces por semana y el compromiso de la continuidad. No más clases sueltas, la idea era que hubiese un plan de trabajo, un objetivo. A través de el compromiso de los padres con el movimiento de sus hijos la idea era lograr desarrollar este espacio dentro de Acción. Ya no más el cobrar barato, la idea sería lograr el compromiso de los coaches. Que aquellos que participen no lo hagan sólo por el maravilloso impacto, sino que también vieran una retribución económica a su esfuerzo.
El proyecto no fue un fracaso, tal vez no es justo incluirlo en estas líneas. Pero no llegó a cumplir las expectativas en esta primera versión. Queríamos poder tener funcionando los talleres en ambas sucursales, sólo logramos ponerlo a andar en Las Condes. Nos costó mucho vender el concepto, pero pareciera que es posible. La idea de de esta primera versión era llegar al 50% de ocupación. Llegamos cercano al 25% y no pudimos abrir en Providencia. Es importante entender con este tipo de proyectos que la primera versión siempre tiene una alta probabilidad de fracaso. En Marzo volveremos a intentarlo y esperamos lograr mejores resultados. Esperamos aprender de nuestros errores.
La próxima semana seguiré repasando los errores de este 2024 que termina con un sabor amargo. A través de los años me he acostumbrado a lidiar todos los años con mis fracasos, es parte del juego, es parte de lo que me mantiene entusiasmado con lo que hago. No obstante, este año ha sido particular en el número de fracasos y éxitos, pareciera que no logramos apuntarle a lo que buscan las personas. Pareciera que estamos desconectados con la sintonía del mercado. Es el momento de seguir intentándolo.
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