Perder a un miembro del equipo
La última semana me tocó enfrentar temas difíciles, temas complejos. Tuve que enfrentar la salida de tres miembros de mi equipo. Y aunque después de tanto tiempo esto no es un tema nuevo, siempre es doloroso, siempre tiene aprendizajes y siempre queda la sensación de que se podían hacer mejor las cosas.
La idea de estas líneas es contar un poco de la historia, de manera general, de estas salidas. Por otro lado explicar un poco el como enfrento cada una de estas salidas, de manera que les pueda servir como un aprendizaje para futuras salidas. En este apartado debo decir que he ido aprendiendo de la "prueba y error", lo que hace que hoy en día tenga una forma de actuar ante estas situaciones.
La primera salida fue una completa sorpresa. Uno de nuestros coach de weigthlifting me pidió una reunión. Sin tener muy claro de que trataba me siento a conversar. Me cuenta de que había decidido abrir su propio centro de entrenamiento, que después de todo este tiempo trabajando juntos se sentía estancada y que veía como única posibilidad de crecer en valor el seguir su propio camino. Adicional a esto, su centro lo abriría a una cuadra de nuestra ubicación. Pese a que me ofreció seguir una semana más en el proyecto preferí pedirle que no continuara. Le desee genuinamente la mejor de las suertes y le dejé algunos consejos respecto al camino que había decidido tomar.
Esta salida me dejó un poco sorprendido. Pero me siento 100% responsable de no haber sido capaz de mostrarle el camino y las posibilidades que existían dentro del proyecto para que generara más ingresos. Simplemente nunca lo logré. En su salida traté de dejarle las puertas abiertas. Se que a lo que va a dedicar su tiempo es un trabajo completamente distinto al que acostumbraba hacer y su éxito o fracaso depende de variados factores. Pese a que va a ser una directa competencia y que probablemente le va a hacer daño a mi proyecto, por elegir una ubicación a un lado de la nuestra, a estas alturas ya he pasado muchas veces por este tipo de situaciones. Se que son incómodas al principio y después de un par de meses cada cual sigue su camino. Traté de no ahondar en esto y que supiera que en caso de necesitar ayuda contara conmigo. Al final sigue dentro de la lógica de que las personas se muevan. Todo el que esté en este negocio no es mi competencia sino mi aliado en esta difícil lucha. Todo esto ocurrió un Viernes.
Al miércoles de la siguiente semana tenemos la segunda salida. Esta salida responde a otros factores, muy distintos. Acá quiero partir remarcando mi responsabilidad en esta salida. Como líder del proyecto es mi responsabilidad estar constantemente reforzando y exigiendo que los miembros de mi equipo cumplan con los lineamientos y directrices del proyecto. Cumplir con seguir los valores, la misión y la visión del proyecto es una tarea que no puede descansar y en la que se debe ser impecable. No hay espacio a dudas, nunca debe haber espacio a dudas. Acá cometí un error que me pesa. No fui impecable. En más de una ocasión deje pasar comportamientos que no seguían las directrices del proyecto, principalmente por pensar que "no eran tan importantes". Simplemente por no querer enfrentar conflictos o por no querer encarar un problema. Esta salida me pesa porque tal vez podría haberla evitado, si tan sólo hubiese desde un principio encarado las conversaciones necesarias. Cuando me di cuenta, esto ya era demasiado tarde. Mi equipo se acercó a exigirme esa impecabilidad de parte de un compañero. Se había perdido algo fundamental. La confianza. Se había perdido la confianza entre el equipo, dirigido a un compañero. Se había perdido la confianza hacia mi y se me exigió ser fiel a mis estándares. Lamentablemente ya no había más que hacer que seguir caminos separados. La salid fue muy dura. Lamentablemente aquel que salió del proyecto quedó muy afectado por la situación y no logró comprender la razón de su salida. Acá sigo reforzando el error que cometí. No fui capaz de mostrarle el camino, no fui capaz de tener esas conversaciones incómodas que podrían haber ahorrado esta salida o provocado esta misma salid de una manera menos doloroso. Igual que la situación anterior la salida se ejecuta de inmediato. La idea es evitar alargar la agonía y que cada uno pueda seguir su camino. Lamentablemente también se generan fricciones en la comunidad. Acá es importante enviar un mensaje claro al equipo, respecto a la salida y que la necesidad de mayores detalles debe ser directo conmigo. Se hace fundamental buscar que el equipo confíe en las decisiones y pueda ir entendiendo el porqué de estas. También ser claro con la comunidad que aquel que necesite hablar al respecto, mis puertas están abiertas.
El día viernes, seguido a este miércoles, tuve la tercera salida del equipo. Esta salida si estaba más planificada. La salida fue de un coach, el cual lograba siempre entregar un buen estándar de servicio, pero que simplemente no estaba alineado con el proyecto. Esto generaba continuo malestar en él, una sensación de disconformidad constante, que traspasaba al resto del equipo y que volvía cada vez más difícil trabajar con él. Acá mi principal culpa está en lo que demoré en la decisión. Creo que la salida podría haber sido mucho antes y con menos dolor. Al final la relación llegó a un punto muerto. El proyecto nunca iba a obtener lo que quería de la persona, la persona nunca iba a estar contenta en el proyecto. Queríamos cosas distintas. Lo triste es que se pierde un buen coach, pero también muestra con claridad que no hay ningún coach que esté sobre el equipo. Que debemos proteger el proyecto y construir equipos con aquellos que están a gusto e identificados con el proyecto. Esto se hace fundamental a medida que el proyecto crece y que debemos delegar la responsabilidad de lo que hacemos. Lograr guiar a nuestro equipo y mostrarles el camino, que pueden lograr y que no está abierto a debate. Generar la confianza y también tener las conversaciones dificiles cuando es necesario.
Cada una de estas salidas genera un fuerte remezón en el equipo. El proyecto se ve afectado, los alumnos, la comunidad, se ve afectada. Hay errores en el proceso, errores que tengo que aprender a aceptar y que debo absorber, de manera de poder evitarlos en el futuro. Siempre estos momentos son difíciles. El aprender a liderar está lleno de errores, con el tiempo he aprendido a aceptarlos, pero no por eso se hacen menos doloroso.
Aún me queda mucho por aprender en este hermoso arte de liderar, de cosntruir equipos y armar proyectos. Aprovecho estas líneas para reflexionar al respecto y poder compartir con más mi experiencia. Espero que más de alguno le sirva. Y si tienen preguntas, no duden en acercarse....
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