Y llegó el último día

Creo que he cambiado mucho lo últimos años de mi vida. Han ocurrido muchos sucesos que han hecho que mi visión respecto a la vida cambie, así también mi visión de la muerte. Cuando hablamos de la muerte parece algo sombrío, pareciera que hablamos de algo prohibido, algo negativo, algo de lo que no deseamos hablar. Creo que uno de los factores fundamentales de los cambios que he experimentado los últimos años hacen referencia a esto, a mantener una constante consciencia de mi mortalidad y el tiempo que estoy viviendo.

El mindfulness, o este concepto de mantenernos presentes, tiene un impacto muy alto en nuestra salud mental. Creo que un excelente ejercicio de mindfulness es el reflexionar sobre la muerte, reflexionar sobre la posibilidad de que hoy sea tu último día. ¿Estás viviéndolo de la manera que quieres?

Lo cierto es que nadie tiene certeza de cuando se va a morir. Pero todos tenemos la certeza de que va a suceder, si algo nos une como seres humanos es esta sentencia que nos acompaña. Tenemos un tiempo finito y nuestro paso por este mundo es eso, sólo una etapa. ¿A que vas a dedicar tu vida? ¿Cómo estás viviendo tu vida?

El pensar constantemente en el fin nos entrega una perspectiva muy importante. Le entrega una mayor perspectiva a las decisiones y también despoja de importancia a aquello que realmente no lo tiene. Es mucho más fácil dar un "peso" a los problemas cuando tenemos la claridad de que la vida es sólo una y que debemos ser honestos con nosotros mismo ya que en cualquier momento se puede terminar.

El aprender a vivir con el concepto de que no controlamos muchos aspectos de la vida, es muy poco lo que realmente está en nuestro control. No podemos evitar la muerte, pero si podemos elegir como queremos vivir nuestra vida. Quien queremos ser en este paso y como queremos que se lleve a cabo esta etapa. Tienes la capacidad de decidir por el hoy, tienes poco que decidir del mañana, porque no sabes si existirá un mañana, puede que no dependa de ti.

El tener esta consciencia de la mortalidad y lograr reflexionar de manera constante acerca de tu propia muerte te entrega una sensación de libertad. No le temes a la muerte, sabes que es hacia dónde vamos todos, sabes que es hacia dónde se dirige el camino. La vida se dirige hacia la muerte y no hay nada que puedas hacer para evitarlo.

Muchas religiones abrazan el concepto. El Budista contempla constantemente su vida y su muerte, sabe que una existe junto a la otra. En la filosofía estoica encontramos el concepto de "memento mori", un ejercicio de constante reflexión acerca de la muerte, de como todo puede terminar y aspirar a vivir una vida virtuosa es lo mejor que podemos hacer mientras existimos. Mientras pasamos por esta etapa.

El día de ayer tuve la fortuna de disfrutar de un desayuno en familia. Pude disfrutar de mis hijas, prepararles el desayuno y sentarme en la mesa con ellas. Verlas crecer y reír. Ellas están comenzando su vida y tengo la fortuna de poder acompañarlas en su camino. Abrazo cada oportunidad que tengo de estar con ellas, porque no se con certeza si podré acompañarlas el resto del camino. Trato de estar presente y enseñarles todo lo que he aprendido. Se que no estaré con ellas para siempre, el mantener la consciencia de esto me permite disfrutar aún más el momento. Conversamos acerca de las últimas vacaciones que tuvimos, las veo reír y recordar. Me llena de alegría el momento. Veo a mi compañera feliz, disfrutando el momento, disfrutando lo que hemos construido, una familia, uno de los más lindos proyectos que he logrado en mi vida. Eso es lo que realmente tenemos, el presente, los momentos.

Soy un afortunado.

Hoy puedo vivir un nuevo día. 

Elige como lo quieres vivir, podría ser el último.



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