El voto de pobreza

El día de hoy quiero escribir acerca de algo que me molesta. Esto probablemente va a llevar el tono de estas líneas a un plano más emocional. Esto va a llevar a que la lectura no sea tan amable, pero la verdad, es algo que me tiene muy frustrado. Esto se remonta a los inicios, no es algo que se haya cultivado en el último tiempo, o que tenga referencia a la pandemia, esto está presente en nuestro mercado desde el primer día que me aventuré a crear un proyecto deportivo. Esto me ha ganado muchos detractores y ha sido el principal pre juicio con el que he tenido que lidiar desde el comienzo.

NO  VOY A HACER UN VOTO DE POBREZA POR TRABAJAR EN EL MERCADO DEL FITNESS

Si, porque pareciera que existe la idea en este mercado de que si tienes un centro deportivo, lo tienes que hacer por la pasión de ayudar a otros, pero no te mereces un retorno financiero de eso, pareciera que como está en el plano emocional de ayudar, tienes que hacerlo por pasión, por amor, por vocación, por cariño. ¿Cómo logras pagar las cuentas, cuidar a tu familia y comer? Eso, a nadie le importa.

He tenido cientos de conversaciones con emprendedores de centros deportivos, con entusiastas del fitness y pareciera que las únicas alternativas son; Lo hago por amor pero soy pobre, lo hago por el dinero y al carajo el fitness de las personas. 

¿Porqué eso está tan establecido? Cuando los enfrento a la pregunta.

¿Cuánto quieres ganar? Siempre la respuesta es. 

"Lo suficiente para que el box funcione, yo puedo sobrevivir con eso."

"No es necesario, yo tengo otro trabajo, Le doy 40 horas a la semana a otro trabajo y le meto 20 a la semana al box. Mi otro trabajo paga las cuentas, lo del box lo hago porque me gusta."

"No mucho, poquito, si me las puedo arreglar."

"Si gano 100 más y vendo el auto voy a estar bien"

Parece generalizado el concepto de que nuestro trabajo no lo vale, que nuestro esfuerzo simplemente no vale una retribución económica. Por algún motivo alguien los convenció de que si aman su trabajo no pueden cobrar por ello. De que nuestro pago debe ser la sonrisa de nuestros alumnos, los maravillosos resultados, la alegría que obtienen, la mejor salud que se llevan. Es lo que queremos lograr, pero nuestro tiempo si vale.

No más de esto.

Nunca se han detenido a pensar de que si tuvieran más recursos, ¿podrían ayudar a más personas? ¿podrían  impactar más vidas? 

Si pusieron un centro deportivo es porque quieren ayudar a las personas. Porque se dieron cuenta que de las cosas más gratificantes que encontrarán en la vida está en ayudar a otros, a conectar con otros. No me cabe duda de que si el día de mañana logran el éxito financiero van a usar parte de esos recursos para ayudar a más personas. Eso quiero ver.

Mi proyecto deportivo me permite tomar vacaciones con mi familia y llevar el sustento a mi hogar para que mi familia tenga lo que necesitan.

Mi proyecto deportivo ayuda a 1.200 personas todos los meses, los mantiene activos y los trata de alejar todo lo posible de la amenaza de las enfermedades metabólicas.

Mi proyecto entrena a 120 adultos mayores de manera gratuita, todos los meses. Devolviéndoles vida, autonomía, autoestima y creando un espacio para ellos.

Mi proyecto mantiene 20 becas activas para amigos de alumnos y familiares de mi equipo, para acercarlos al deporte y ayudarlos, las becas son 100% gratis.

Dentro de mis mentorías mantengo un centro deportivo gratis, uso parte de mi tiempo para ayudar a otro con lo que he aprendido.

Mis proyectos, de toda índole, generan ingresos y tienen la responsabilidad de ser rentable. Cada vez que logro la rentabilidad se me abren oportunidades para ayudar a otros, para impactar a más.

Se que si logramos terminar con este discurso de la pobreza y empezamos a cobrar lo que valemos vamos a tener los recursos y la energía para ayudar a más, para llegar a más. Pero el cambio debe partir por nosotros. Por cambiar nuestro discurso.

Toma un lápiz y un papel y escribe el número de cuanto quieres ganar. No las migajas, lo que te permite cuidar a los tuyos, cuidarte a ti, tener vacaciones. Escribe ese número y desde hoy empecemos a construirlo, Si necesitas ayuda estoy a un corre, un whatsapp, un llamado. 

Si tienes un amigo con un centro deportivo, ojalá le lleguen estas palabras.

Partamos por ayudarnos a nosotros primero.

Terminemos con el voto de pobreza.



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