Encontrar la forma, proteger el fondo

Me lancé a emprender hace más de 10 años, sin tener muy claro lo que estaba haciendo, lo que significaba. Lo cierto es que nunca pensé en dedicarme a esto. La semilla del emprendimiento nunca estuvo en mi, al menos eso creo. Cuando comencé con el proyecto de Acción aspiraba a poder tener un ingreso adicional desarrollando un proyecto que me gustaba. Hasta ese momento creía que seguir desarrollando mi carrera por un camino tradicional era un obligación que tenía que hacer, era como el impuesto por ser adulto. Por lo que, buscando llenar mi vida de cosas que encendieran más la pasión, comencé a buscar formas de emprender. Terminé con esta maravillosa idea de emprendimiento deportivo entre manos. Hice unos cálculos, investigué algunas cosas y nos lanzamos.

El camino ha estado lleno de aprendizajes. Lo cierto es que tenía poca idea de emprender, sabía más de finanzas, de estructura de una empresa. Indudablemente las herramientas que desarrollé en el mundo corporativo fueron de gran ayuda. Pero lo cierto es que cuando comencé entendía poco de emprender y lo que significaba esto.

Una de las cosas que heredé de mis estudios universitarios fue comenzar el proyecto escribiendo la Misión y Visión. Debo ser honesto, lo hice más pensando en cumplir una tarea. Era como parte de un checklist que me habían enseñado en la universidad, por lo tanto ese fue el nivel de importancia que puse en la tarea. Había que tener esto para poder ponerlo en alguna presentación o en la página web, pero no entendía su real significado.

El tiempo fue avanzando y esas palabras, escritas sin mucha preocupación en un ppt, fueron tomando sentido. El proyecto fue tomando forma y lo que partió como un ejercicio sin sentido terminó siendo la brújula que indicaba el camino. Con esto nació en mi una nueva forma, una que abrazaba los sueños y buscaba como aterrizarlos, uno que tomaba eso que parecía que no se podía hacer y buscaba imaginar como hacerlo realidad. Con el tiempo esa terminó siendo mi propia definición de emprender. Buscar eso que te apasiona con lo que sueñas y que pareciera imposible. Buscar la forma de hacerlo posible, crear las herramientas, inventar las formas. A la fecha es lo que me mantiene en movimiento, es uno de los principales motivadores del proyecto, que está lleno de imposibles, que está lleno de sueños. El levantarme cada día a buscar formas de lograrlo, de hacerlos realidad, termina siendo una batalla que, para mi, vale la pena luchar.

Como buen texto inspirador, esto debería terminar con un ejemplo de éxito. Pero la verdad que lo que me motiva a escribir estas letras es todo lo contrario. Uno de esos imposibles, que llevo años empujando, es el proyecto de Senior. El sueño, en su momento, parecía simple. Buscar crear un espacio para mayores de 60 años que les ayudara a potenciar su vida. Crear un espacio que no promoviera la fragilidad, sino que la fortaleza. Dejar de lado conceptos anticuados de entrenamiento y mostrar como CrossFit, cuando se piensa para la salud, puede ser una herramienta muy potente y que en los adultos mayores vemos de manera concreta sus principales efectos. ¿Qué podría salir mal?

El proyecto ya lleva alrededor de 8 años. Ha vivido en todas nuestras sedes y con el tiempo ha ido mutando. Partió como un programa gratis, empujado por esta convicción de que el sueño ya estaba trazado y teníamos que encontrar la forma de hacerlo posible. Al poco andar decidimos ponerle un valor, al tener el programa funcionando como gratis se perdía cierto sentido de pertenencia, se perdía compromiso. Decidimos poner un valor, 50% más barato de lo que salían nuestras mensualidades, la afluencia bajó y bajó mucho (no era rentable por el monto que pagaban y no atraía público). Así que en una locura, de esas que se me vienen cada cierto tiempo a la mente, decidí el nuevo formato. La mensualidad tendría un costo de $1.000 pesos. De esta forma todo el que venga tiene que pagar su mensualidad y se le debe activar su plan. Por otro lado el salir sólo $1.000 pesos genera curiosidad, es una linda forma de atraer a este grupo etario que no sabe lo que es CrossFit y porqué debería hacerlo. Por último seguíamos ayudando a aquellos que realmente lo necesitan. Recuperar autonomía, potenciar tu salud, crear espacios de compañerismo parecían todos valores importantes, que no se podían perder. Nos lanzamos con esa locura, porque sonaba lindo. Ahora, ¿Cómo lo íbamos a sostener en el tiempo? Ese era el imposible, eso era lo que teníamos que solucionar.

A 8 años del proyecto  no he encontrado una solución. Después del COVID nuestro proyecto cambió, el escenario en el que nos desarrollamos cambió y sostener el proyecto se ha vuelto más difícil  de lo que  solía ser. Tenemos una responsabilidad financiera con nuestro proyecto, tenemos que mantenerlo rentable y debemos ser capaces de seguir protegiendo nuestros espacios que brindan salud y bienestar a la sociedad. En este contexto Senior, como proyecto se niega a morir, y por supuesto que quiero seguir luchando, pero los recursos no son infinitos.

Durante las últimas semanas tomé la decisión de poner un "freno" al proyecto. Suena triste, porque vemos el impacto que tiene, pero no se trata de que el proyecto muere, simplemente se me acabaron las ideas para hacerlo crecer. Ya tenemos cerca de 100 alumnos sobre 60 años que entrenan con nosotros. Ya no caben más por clase, en ninguna de las 2 sucursales. Es por esto que desde Abril vamos a cerrar a 100 la cantidad de cupos (50 por sede) y vamos a dejar "frenado" el proyecto en su crecimiento. Es triste, porque claramente estamos logrando generar impacto con el proyecto. Lamentablemente los recursos no acompañan para seguir haciendo crecer algo que debería seguir creciendo, a un sueño que necesita seguir creciendo.

Mi esperanza siempre fue encontrar una municipalidad, una marca, alguien que le interesara impactar la salud de los adultos mayores y que nos ayudara a financiar esto. Lamentablemente hemos tocado muchas puertas sin éxito. A las municipalidades les interesan las clases de zumba y yoga para los adultos mayores. Programas baratos. A las marcas no les interesan mucho los adultos mayores. Cada día me convenzo más que a nuestra sociedad pareciera que no le interesan mucho los adultos mayores. Me parece triste, pero cierto. 

Por ahora, seguiré protegiendo el fondo, hasta encontrar, algún día la forma.

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