Ya son muchas primaveras
Uso estas líneas muchas veces como una terapia, para aprender a "botar" parte de lo que está en mi mente, una forma de liberar mis pensamientos y dejar huella del recorrido. Por otro lado con el tiempo he querido aprender a comunicarme mejor, siento que estas líneas son parte de mi entrenamiento para poder conectar mejor con mi entorno. Me cuesta bastante, pero voy mejorando poco a poco, creo.
A veces me pasa que no logro ordenar mis ideas, que estas líneas son un continuo divagar, sin ser capaz de encontrar un hilo conductor. Una idea principal. Otra veces me siento decidido y claro. Tengo un concepto dando vueltas hace mucho y se me genera una especie de catarsis, dónde mis dedos se mueven prácticamente solos tratando de dejar ir esas ideas que me atormentan. Atormentar suena un poco fuerte, pero no se aleja tanto de la realidad, al lograr dejar eso escrito de cierta forma la idea o concepto se pierde, se traspasa y me permite seguir adelante. No se explicar bien porque se siente tan liberador, simplemente me entrego a esa sensación.
Es asombroso el poder de nuestra mente. La capacidad de construir desde conceptos abstractos ideas, relatos, armar y urdir un sin fin de sueños, de imaginar nuevas realidades. Lo cierto es que el funcionamiento de nuestra mente no logra dejar de sorprenderme. De cierta manera este ejercicio constante de escribir busca drenar un poco de eso. Esa sensación de que la máquina no para de funcionar, que las ideas no dejan de construirse, sin importar la hora o el contexto, nuestra mente trabaja y no para.
Hoy me siento a escribir sin una idea clara. Es mi cumpleaños, debería ser simple hablar de eso. Hacer un clásico recuento. Pero no lo siento así, hoy es Lunes, es un día más que tengo la posibilidad de seguir construyendo mis sueños. Que tengo la posibilidad de soñar, soñar con 42 años más de vida. ¿Quiero vivir hasta los 84 años? Me encantaría poder ver a mis hijas a mi edad, poder conocer como armaron sus vidas y estar aún aquí para apoyarlas. Me gustaría poder estar haciendo clases aún y disfrutando de la maravilla que es el cuerpo humano. Seguir liderando proyectos que impacten la salud y el bienestar de las personas. Ser parte de las clases de senior, ser un alumno en ese lindo proyecto.
La edad es sólo un número. No estoy de acuerdo con eso. La edad no es tan solo un número. La edad es parte de nuestro camino, es nuestra experiencia, es nuestra historia. Estas líneas buscan dejar plasmado eso, tal vez, en 42 años más mis hijas puedan leer esto y entender un poco más de su padre. O tal vez no.
Ojalá tener la fortuna de poder seguir haciendo esto a los 84 años. Eso suena como un lindo sueño.
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