Balancear nuestro fitness
Hace más de un mes me embarqué en comenzar a practicar una nueva disciplina deportiva. Luego de casi 12 años haciendo CrossFit sentí era el momento de salir un poco de mi zona de confort y volver a encausarme en un proceso de aprendizaje. Quería algo nuevo, algo distinto que me pusiera incómodo, que me permitiera seguir trabajando en mis habilidades físicas y que se hiciera cargo de aquellas que no disfruto mucho trabajar.
Dentro de esta búsqueda decidí poner a mi salud como pilar fundamental. A mis casi 42 años existen ciertas habilidades físicas que no he logrado desarrollar lo suficiente y a otras que les he dedicado mucho tiempo. Es por esto que quería buscar algo que me hiciera trabajar más mi flexibilidad y menos la fuerza (en general en el mundo de la fuerza está el desarrollo de habilidades físicas que más disfruto), pese a que no es lo que más disfruto entiendo que mi proceso de envejecimiento se beneficia más de un mejor equilibrio en mis entrenamientos y llegó la hora de "balancear" de mejor manera esto, dejando de lado mi ego y priorizando la salud.
Que difícil es tomar este tipo de decisiones!
Sentarse a priorizar hoy el largo plazo es sin duda una tarea que requiere mucha fuerza de voluntad. Es común querer refugiarse en eso que nos gusta hacer. En eso que somos buenos, aquello que nos sale fácil. Todos lo hacemos, en todo orden de cosas. Esa maravillosa "comodidad" que sentimos cuando estamos en nuestro habitat, en aquello que conocemos y sabemos que podemos lograr. El lugar donde nos sentimos cómodos.
¿Porqué buscamos y añoramos tanto el sentirnos cómodos?
Ya llevo más de un mes en clases de Jiu Jitsu y debo decir que no tengo algún tipo de talento para la disciplina. Efectivamente, como esperaba, los requerimientos de flexibilidad son altos y por sobre todo agilidad. Se trata mucho de moverse de manera ágil en el piso, cosa que me ha parecido para nada cómodo. Cada día que voy a clases voy preparado a sentirme el más tonto de la clase, el más torpe de la sala y cada día lo he logrado con creces. Pero también he disfrutado cada clase.
Por ahora ha sido un proceso de aprendizaje fabuloso, espero con ansias cada clase y esa incomodidad inicial se fue disipando por una curiosidad continua por querer entender y mejorar un poco. Pero también me ha recordado lo importante que es sentirse el más tonto de la sala, ojalá de manera más seguida. El valor que tiene estar en lugares que nos complementan, que nos llenan de aprendizajes.
Alejarse de la comodidad y buscar, de manera consciente la incomodidad.
Para siempre ser el más tonto de la clase :)
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