Hablar desde el dolor

Me ha costado sentarme a escribir. A procesar este momento que estoy viviendo y poder canalizar la situación. Han sido semanas de mucha frustración, de mucha incomodidad. Ha sido un proceso que se siente muy largo y que pareciera no está cercano a acabar. De cierto modo, me ha enseñado mucho esta etapa, pero también me ha quitado mucho. Me he podido cuestionar bastante algunas cosas y otras no logro hacerlas convivir con mis ideas.

He revivido miles de veces ya el momento de la lesión en mi cabeza. El momento, en el que conscientemente cansado, ya sin muchas ganas, me aventuro a realizar la última serie de sentadillas.. Recuerdo con claridad el momento que sentí un pequeño "corrientazo" y luego la sensación clara de que algo no estaba bien. Lo revivo una y otra vez. Como si de algo cambiara el resultado. Busco encontrar una razón, un culpable. Tengo rabia y frustración. Me arrebataron algo que amo, me quitaron mis pesas. Eso que defiendo día a día. Eso que busco por todos los medios revindicar y mostrar sus beneficios. Me siento traicionado, me siento decepcionado. 

Pienso en cada uno de los momentos después de la lesión. Pienso en el día siguiente, entrene con un poco de molestia, bloqueé todas las señales que me entregaba mi cuerpo ¿Porqué hice eso?, sabía que no estaba bien, pero mis ganas de mantenerme en movimiento nublaron todo. El querer creer que mi cuerpo todo lo puede. Que gracias a todos estos años he transformado mi cuerpo en algo así como una armadura invencible, no es más que mi ego hablando y no fui capaz de darme cuenta de lo equivocado que estaba y que somos frágiles. Somos frágiles jugando a ser fuertes, queriendo ser fuertes, luchando por ser fuertes, pero sólo podemos aspirar a ser menos débiles.

El proceso ha sido difícil y agotador. He tratado, por todos los medios mantenerme bien, estar bien. No quiero caer en la lástima, en la autocomplacencia. Una y otra vez intento agradecer por tanto que si tengo. Agradezco por poder seguir entrenando, por seguir vivo, por la vida que tengo y he construido. Pero también estos momentos me muestran los frágil que es todo eso que construimos. De como controlamos poco o incluso aquello que creemos controlar está fuera de nuestro control. La rabia, el enojo, la ira, ¿porqué? sabemos que esto es un constante caerse y ponerse de pie, una y otra vez. Me tocó levantarme de nuevo, estoy cansado.

No puedo dejar de reflexionar acerca de lo que estoy viviendo. De buscar darle una explicación a todo esto, cuando en realidad simplemente pasó y está en mi el sacar lo mejor de esto. Poder darme cuenta de como se siente una lesión de este tipo, poder empatizar de mejor forma con este tipo de lesiones. Es sólo una hernia, es sólo un problema en una vertebra, un pequeño y diminuto problema que genera un gran caos en un bípedo, que limita su zona media y lo obliga a vivir con un dolor constante.

Las pesas son peligrosas, lamentablemente lo son, así como son milagrosas. Pueden construir cuerpos fuertes y en un chasquido pueden desarmar todo eso que han construido. Someter nuestro cuerpo a esfuerzo es una de las mejores formas que conocemos de mantenernos sanos y fuertes, pero también tiene grandes riesgos. Lograr identificar el camino y no perderse en el ego en el proceso. Entender que estamos en un juego infinito de la longevidad y que el corto plazo sólo nubla nuestra vista y distorsiona nuestras decisiones. Son momentos de crisis, estos son los momentos dónde uno no debe tomar decisiones grandes, debe apegarse a aquello que sabe, a aquello que conoce. Debemos limpiar el momento de crisis, tratar de sacar conclusiones, respirar un segundo y, en caso de ser necesario, reenfocar el camino.

¿Estoy enojado con las pesas? Para nada. Las sigo amando y quiero que más las aprendan amar, que logren conocer y disfrutar sus beneficios.

¿Estoy enojado conmigo? Para nada, soy un ser humano en construcción lleno de errores y equivocaciones, sigo día a día haciendo lo mejor que puedo, con lo que tengo y puedo controlar.

Es el momento de dejar que esta etapa nos enseñe, nos guie y nos deje los aprendizajes. ¿Volveré a caerme? Sin lugar a dudas. Y así con cada caída pondré a prueba mis convicciones, en aquello que creo y por lo que lucho, Y en cada una de esas pruebas obtendré un resultado, una conclusión, un poco más de información, un poco más de sabiduría. Y cambiaré, de alguna forma cada una de esas experiencias me forman, me cambian, me construyen.

Volver a respirar profundo y empezar a construir nuevamente este cuerpo, una y otra vez o cuantas veces sea necesario. Los tropiezos nunca van a cesar, lo importante es tener la fuerza para seguir levantándose. El juego está lejos de terminar.



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