Redefinir el éxito
Hace unos semanas atrás me contactó un periodista. Dentro de las consultas que me realizó estaba el "¿que sientes al haber construido el box de CrossFit más grande de Chile?". La pregunta me tomó por sorpresa. No me toma por sorpresa el tamaño del proyecto, se que hemos construido un gran proyecto, tenemos un gran número de alumnos, llevamos 10 años en esto y el proyecto siempre ha buscado crecer e innovar, es sólo que nunca había escuchado a otra persona decirlo y tampoco me había importado nunca esa medición. Por supuesto que luego de la respuesta me quedé reflexionando. ¿Porqué me extrañó tanto esto? ¿Porqué se sintió tan incómoda la pregunta?
Acá me quiero remontar al Daniel del pasado. Aquel del año 2005-2006 que estaba recién saliendo de la Universidad. Después de 6 años de estudios de Ingeniería ya me sentía listo para salir al mundo del trabajo, y quería conquistarlo. Tenía muchas ganas de destacar, de lograr cosas, de ser exitoso. Así que una vez culminada mi carrera me lanzo a trabajar. Mi primer trabajo, aún no titulado, fue en una compañía de seguros, trabajaba vestido de terno, ganaba poco (relativo a mi definición de éxito de esos momentos) pero parecía que me iba bien. Aún vivía con mis padres y los primeros sueldos me sirvieron para comprar algunas cosas. Acá empiezo, sin darme cuenta, a medir el éxito por lo que podía comprar con el dinero. El tiempo va avanzando y voy "saltando" de trabajo en trabajo. Este salto continuo respondía a dos cosas principalmente, la búsqueda de más remuneración, en esos momentos sentía que mi valía profesional estaba 100% determinado por cuanto ganaba, y hasta ese punto sentía que era muy poco, y por los niveles de responsabilidad de los cargos, quería sentirme importante. A través del tiempo nunca logré eso y siempre me sentí decepcionado de mis logros.
Ahora quiero ser claro, ¿me iba bien? Creo que si, ahora miro hacia atrás y siento que si, pero no tenía la paciencia para construir mi camino, era tal la obsesión por el monto de final de mes que cada día era una derrota que iba desmotivándome. Por otro lado tenía una visión tan errada de lo que se necesitaba para ser bueno en mi trabajo. Hasta ese momento seguía sintiendo que el mundo del trabajo se trataba de habilidades técnicas, habilidades duras y no ponía ningún cuidado o trabajo extra en las habilidades blandas. Pero más allá de los errores en el proceso, el gran problema radicaba en la definición de éxito. Llegué a mis 26 años con un departamento, viviendo solo, con un lindo auto y viajando constantemente por trabajo, en el relato que había armado en mi cabeza en algún momento, así se veía el éxito. El problema era que no se sentía como me lo había imaginado.
Hasta esa fecha vivía decepcionado de mis logros laborales, sentía que habían demasiadas personas que ganaban mucho más que yo. Como la principal herramienta de medición de la valía de mi trabajo era cuanto ganaba sentía que objetivamente no era exitoso. Por otro lado me compraba cosas, cosas que no tenía tiempo para usar y que una vez compradas pasaban a ser nuevos adornos de mi vida. Me enfocaba harto en el trabajo y quería llegar a la meta, pero sentía que nunca iba a llegar.
En algún punto del camino, que no soy capaz de identificar de manera clara, tiré la toalla. Sentí que ya no tenía sentido seguir adelante. Empecé a poner cada vez menos ganas a mi trabajo y me sentí cada vez más desmotivado por este. Siempre sentí que tenía que ver con lo penca que eran los trabajos, con lo mala que era la empresa, con lo injusta que es la vida. En ningún momento fui capaz de reflexionar respecto a como el problema era yo. Que estaba tan obsesionado por lograr la tema que en ningún momento disfruté el camino, ni siquiera sabía porque camino iba, sólo quería más dinero.
Al llenarme de desmotivación mi trabajo empezó a ser cada vez menos importante y me empecé a reconectar con las cosas que realmente me importaban, esto pasó de manera medio espontánea. En esa búsqueda en algún momento empiezo a pensar en emprender, empiezo a pensar en armar un proyecto que tuviera el deporte, la actividad física en el centro. La actividad física era algo que siempre me había motivado, tal vez el mezclar mi carrera con algo que me había mantenido motivado toda la vida podía ser una buena idea, era una hipótesis y en ese momento sonaba interesante intentarlo. Ya estaba llegando a mis 30 años y me encontraba totalmente perdido.
La historia sigue avanzando, creo mi propio proyecto, me vuelvo a enamorar del trabajo y la motivación parece que vuelve. En un momento decido dejar mi trabajo y dedicarme 100% a mi emprendimiento. Esto trajo como consecuencia tener un sueldo casi cercano a 0. Esforzarme todos los días por las tareas que hacía en el día a día. Fui de apoco encontrando la posibilidad de armar nuevos proyectos, de disfrutar las dificultades de ganar y perder cada día. Ver como con esfuerzo las cosas iban mejorando y que el proyecto crecía. Mi bolsillo no mucho, pero el proyecto si. Cada día veía gente entusiasmada haciendo deporte y disfrutando. Esta etapa fue de descubrimiento. No fue claro al principio, para nada. Tampoco quiero romantizar esta etapa, hubo muchos problemas y la falta de ingresos hizo la vida bastante más complicada. Pero no fue menos feliz, todo lo contrario, recuerdo esa etapa con mucho cariño. Me enseñó mucho y me ayudó a construir lo que terminé entendiendo con el tiempo.
Vivía más preocupado de lo que creía que significaba el éxito y nunca me detuve a pensar que era el éxito para mi. Que significaba tener éxito en mi vida realmente. Acá es donde me di cuenta que "ganar plata" no me llenaba, no me generaba lo que creía. Que la definición de éxito que tenía en mi cabeza era lo que me enseñaron, lo que aprendí de otros y no me sentía identificado por eso.
Hoy en día defino mi éxito según otras variables. Valoro mi tiempo y poder dedicar mi tiempo a cosas que me apasionan. Busco que cada día este plagado de cosas que quiero hacer. Me gusta poder tener cierta libertad de mis tiempos, poder ordenar mi vida para darle cabida a lo que considero importante. Para mi eso significa éxito. ¿Acaso el dinero ya no es parte de la ecuación? por supuesto que es parte de las preocupaciones, pero no define mi éxito, a veces hay más, a veces hay menos, pero lo importante es realmente lograr cumplir con lo otro. Dedicarme a proyectos que me apasionen, estar continuamente aprendiendo cosas nuevas, que mis proyectos generen impacto positivo en las personas, poder liderar equipos de trabajo. Dedicar tiempo de calidad con mi familia, sentir orgullo de lo que hago, poder conectar con mi pareja. Cada una de esas iniciativas definen mi éxito hoy en día. Cada una de estas iniciativas se convirtieron en mi brújula. Me costó darme cuenta de esto, voy en el camino redefiniendo mi éxito, pero me preocupo que esta definición sea 100% mía. Entiendo que el éxito me lo juego en aquello que me hace feliz y es mi responsabilidad buscarlo y direccionar mi vida según eso¿Mido el éxito de Acción por ser el box más grande de Chile? Para nada, cuando Acción logre impactar la vida de 5.000 personas todos los meses, recién ahí lograré el primer paso. Pero de nada sirve si no disfruto el camino.
¿Qué es el éxito para ti?
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