El Rol del Deporte en nuestra sociedad

Es complejo escribir estas líneas. Ya el título parece elocuente. Pero el título nace de una de las preguntas que ronda mi cabeza hace mucho tiempo. Creo que en esta pregunta reside una de las principales razones por las que me levanto todos los días a trabajar y creo que representa la razón de mi lucha diaria, tanto mía como la de los proyectos que lidero. Estas líneas no responden a un análisis experto del rol del deporte, o cual debería tener. Es sólo plantear la pregunta e intentar encontrar como se inserta el deporte en nuestra sociedad y a través de esto comprender mejor nuestro entorno. También es identificar esta pregunta como el principal escoyo a superar para lograr cambiar nuestra sociedad y que la actividad física deje de estar en la última de las prioridades.

Al realizar una búsqueda rápida en google y escribir "El Deporte en Chile", obtenemos distintos resultados. El primero que aparece responde a el futbol como el deporte más popular en Chile y habla del mundial del 62, no habla del equipo o los jugadores. Simplemente hace referencia al espectáculo deportivo. El segundo resultado es una de las preguntas de Google, ¿Cómo es el deporte en Chile? y la responde con "Chile es uno de los países que menos horas de ejercicio realiza a la semana....". De este enunciado podríamos definir que el deporte en Chile es bastante ausente.

Cuando trato de pensar en el rol del deporte en nuestra sociedad y como me ha tocado vivirlo, lo cierto es que es bastante fácil. Es indudable que el deporte genera mucho interés en nuestra sociedad. Recuerdo desde pequeño como el bloque deportivo en las noticias era de gran importancia. Como el país se detenía ante algunos espectáculos deportivos, admirando las proezas físicas o el juego colectivo. Distintas expresiones que generaban sentimientos de patriotismo o simplemente pertenencia. Pero todo esto en formato observador y como entretenimiento. Respecto a mi etapa formativa, siempre practiqué deporte, distintos deportes. Tuve la fortuna de asistir a un colegio privado que tenía bastantes alternativas para la práctica deportiva. Dónde podíamos aprender, a través de distintas disciplinas deportivas, el desarrollo de nuestras habilidades físicas. Tengo maravillosos recuerdos de esa etapa. Mi relación con el deporte siempre fue bastante linda, bastante sana. Recuerdo esperar con ansias los días de estadio, pero también recuerdo que esa realidad era distinta para cada uno de mis compañeros. Algunos les cargaba, para otros significaba un 7.0 seguro. Lo contrapuesto de la forma de enfrentarlo siempre me llamó la atención. ¿ Cómo no disfrutar de esto? A mi me parecía bien extraño, el Daniel de esa edad no lograba comprenderlo. Lo otro que siempre llamó mi atención fue la separación entre hombres y mujeres. Realizábamos actividad física por separado y actividades que parecían muy distintas. También en el grupo femenino se daba la misma diferenciación, había algunas que disfrutaban las clases y otras que arrancaban y buscaban certificados médicos para evitar hacer actividad física. Era más marcado aún el no disfrutarlo en el mundo femenino. A medida que fui creciendo esta brecha se agrandaba, cada vez menos querían practicar deporte. Aquellos que querían hacer actividad física la mantenían, aquellos que no querían hacerlo cada vez más se alejaban más de esta, porque te daban la opción de hacerlo. El como quedaba la relación con el deporte venía bastante definida por los primeros años y la aproximación que tenía cada uno con el deporte. La triste realidad era que tampoco existía mayor desarrollo de las habilidades físicas salvo a través del juego. Esto hacía bastante frustrante para muchos el proceso y quedaba abandonado en el camino.

A medida que fui creciendo el deporte me fue acompañando en mi vida. Pero debo decir que de a poco me fui sintiendo más solo en esto. Las "pichangas" fueron cada vez más esporádicas y como les pasaba a muchos, con la entrada de la universidad el deporte pasó a tener casi nula participación en mi vida. No recuerdo, durante mis años de universidad, nada que promoviera el deporte o una vida activa. Entendiendo que la Universidad cumple un rol formativo, claramente el deporte y la actividad física no entraban dentro de las asignaturas en las que era interesante formarnos. Por iniciativa propia busqué un gimnasio y empecé a hacer pesas. Debo reconocer que respondía más a un tema de vanidad e inseguridad y no mucho por hacer deporte. En mi cabeza rondaba la idea de que tenía que moverme, pero más como una forma de controlar el peso que como algo de vital importancia para mi vida. La etapa universitaria estuvo plagada de conocer más del fitness y de "deformar" mi cuerpo a través de la hipertrofia.

Comienza la etapa laboral. Acá se me hizo cada vez más difícil mantenerme en movimiento, distintos trabajos con distintos horarios. Compatibilizar una carrera tiempo completo y un equilibrio en el gimnasio era más difícil. Por otro lado el deporte, como tal, estaba bastante olvidado. Algunas pichangas esporádicas llenaban algunos espacios de ocio y me mostraban como la falta de continuidad me hacía perder parte de las habilidades físicas que desarrolle en mi juventud a través de este deporte. Debo decir que si la Universidad me pareció una etapa que no promovía la actividad física, la vida laboral lo llevó a otro extremo de dificultad. Compatibilizar horarios de trabajo con el deporte me pareció casi imposible. En esos momentos, además, mi entorno prácticamente no se movía o no encontraba motivo para hacerlo. Salvo algunos que iban en bicicleta al trabajo, como una manera de mantenerse activos, la mayoría simplemente lo tenía en el olvido.

Somos de los países más sedentarios del mundo. Si miramos nuestras autoridades rápidamente notaremos que la práctica deportiva no pareciera parte de sus hábitos. Tenemos una educación física a nivel de colegios muy pobre, que enseña poco y nada y que simplemente traspasa la responsabilidad del desarrollo de habilidades físicas al azar o a las ganas. Así como forzamos a todos los niños a aprender matemáticas, no hacemos los mismo con la actividad física. No enseñamos de nutrición, de salud y bienestar. El deporte es una de las principales herramientas para inculcar todo esto. El desarrollo de habilidades sociales está muy vinculado a la practica deportiva, habilidades que hoy en día identificamos como una carencia en nuestra juventud. Habilidades que se desarrollan a través del deporte, y en vez de potenciarlo le quitamos horas, porque no somos capaces de entender lo importante que es.

Todas estas líneas son parte de mi descargo. La pandemia amplificó la realidad de la actividad física en nuestro país. Se ve como entretenimiento/ocio. El rol que juega el deporte en nuestra sociedad es poco importante, casi nada relevante. La gran mayoría lo ve como algo estético o de status (ir al gimnasio más por lo que opina el resto) incapaces de disfrutar de los beneficios de una vida activa. De la actividad física como una de las claves de la longevidad.

¿Cómo cambiar una sociedad que no quiere cambiar y que no entiende los beneficios de moverse?

Algunos lo simplifican, hay que empezar por los niños. Para nada, los niños son un reflejo de los adultos. Padres sedentarios crían niños sedentarios. Los adultos somos ejemplos para nuestros niños. Necesitamos cambiar el rol del deporte en nuestra sociedad. Dejar de entenderlo como algo opcional e instaurarlo como una parte fundamental de nuestro desarrollo como seres humanos. 

Lo cierto es que no tengo la respuesta. Si se que mucho tiene que cambiar. 

Por mi lado lo seguiré intentando.

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