Buenos Hábitos vs Malos Hábitos
Fin de año y a todos se nos desordena un poco la rutina, lo cotidiano. Celebraciones de fin de año, juntas familiares, festividades, amigo secreto y un largo etcétera. En este tipo de eventos me veo, en lo personal, enfrentado constantemente a un concepto. La invitación a comer o beber dado que hago ejercicio y trato de cultivar buenos hábitos. De manera bastante generalizada veo como la justificación para comer mal podría ser el que uno adhiere de manera constante a un buen hábito. Esto no lo presencio solamente en estas fechas. En el tiempo que llevo metido en el mundo del fitness muchas veces escucho cosas como "entreno para poder comer hartos dulces", o cosas tan locas como "no voy a comer para poder tomar", llevándolo a otro ámbito he escuchado el "no pude dormir porque tenía que estudiar". Dónde de manera ridícula un mal hábito (no dormir) estropea un buen hábito (estudiar).
No es mi intención juzgar cada uno de estos conceptos, todos caemos en esta trampa, pero si creo necesario aclarar un punto. Un buen hábito no borra un mal hábito. No se cancelan de manera matemática. No tienen la misma magnitud, dirección y sentido. En general si buscamos potenciar nuestra vida, nuestra salud, la ecuación es bastante "simple". Adhiere la mayor cantidad de buenos hábitos y evita lo más que puedas los malos hábitos. Esta "simple" pero tan difícil de aplicar ecuación es la que de seguro te llevará a alcanzar tus objetivos. Suena simple, pero está lejos de serlo en la práctica.
No existe tal cosa como "una copita de vino no hace mal". Aclaremos que una copa de vino NO HACE BIEN. Cumple una función distinta, nos gusta el alcohol, su sabor o como nos hace sentir en el momento. Pero la verdad es que el alcohol tiene absolutamente cero beneficios para tu salud. Y pese que el deporte y la actividad física tiene grandes beneficios, estos disminuyen drásticamente por el consumo de alcohol, por dormir poco, por alimentarnos mal. Al final de cuentas, todo el esfuerzo que podemos hacer por adherir buenos hábitos podemos destruirlo por nuestros malos hábitos que lo acompañan. No se trata de buscar una suma cero, se trata de cuidarnos y potenciar nuestra vida. Y para eso debemos buscar evitar aquello que no nos trae beneficios en el largo plazo.
Por otro lado nuestros buenos hábitos se potencian y logran una suma mayor al combinarlos. El lograr alimentarse bien, buena cantidad y calidad de dormir, actividad física pueden ser los responsables de un mejor vivir, de sentirnos mejor y rendir mejor en nuestras vidas, de una mejor salud y una mejor vejez. No se trata de nunca salirse del camino, lo que se busca es que la norma sean los buenos hábitos, que el 90% nos encontremos potenciando nuestras vidas. Buscar una forma de que nuestras decisiones vayan en el sentido de cuidarnos y por otro lado dejar de engañarnos. Entender que esa copa de vino nos nos hace bien, disfrutarla en el momento y luego, mas pronto que tarde, volver a adherir a los buenos hábitos que tanto cuesta construir.
Mi llamado de estas líneas es no caer en la indulgencia de hacer algo bueno y pensar que gracias a eso puedo hacer algo que me daña. Simplemente dejar de mentirnos, cuando hacemos algo que no nos hace bien, aceptar que es así y no engañarnos. Disfrutarlo, disfrutar lo que significa, pero rápidamente volver a un diseño de buenos hábitos, a cuidarnos a nosotros y los que nos rodean.
Por último, y este es mi sueño, que normalicemos los buenos hábitos y no los malos. Que nadie se extrañe porque no vas a tomar, que a nadie le resulte difícil de aceptar que no vas a comer un pedazo de torta o postre, que entendamos que para trabajar y estudiar tenemos que dormir, que se entienda que dormir no es flojera, es necesario y parte de la forma que tenemos de cuidarnos. Sueño con que la norma y el diseño de nuestra sociedad potencie los buenos hábitos. Estamos tan lejos de lograr algo así. Pero como dijo un sabio tenista "nada es imposible hueón, niuna wueá".
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