El cabeza de músculo

Crecí en otra época. Tiempos completamente distintos a los que vivimos. Nos relacionábamos de manera distinta, algunas cosas indudablemente mejores, otras no estoy tan seguro. Pero no me cabe duda que vivimos tiempos mejores en muchos sentidos. Tenemos un acceso a la información que actualmente, pese a que muchas veces agobia y en ocasiones desinforma, si queremos conocer o aprender de algo el conocimiento está al alcance de un "click". Desde mi visión, ese fácil acceso a la información, nos entrega una ventaja comparativa única, que nos permite avanzar y aprender.

Como siempre me voy por las ramas y me alejo del título que me senté a escribir. Hoy quería sentarme a escribir acerca del "cabeza de músculo". Durante mis años de niñez existía esta manera de ofender, esta hacía referencia a un estereotipo, indudablemente. Así como existía la rubia, como una ofensa, haciendo referencia a la capacidad intelectual, existía el cabeza de músculo, haciendo referencia a la misma característica, pero también usado principalmente en hombres. Al menos nunca escuché que se le llamara a una mujer de esta forma.

Al realizar una rápida búsqueda en google respecto al adjetivo me encuentro con la siguiente definición, "Típico hombre musculoso pero que intelectualmente deja mucho que desear. en su cerebro no tiene mas que esteroides." Me quiero quedar con el inicio de esta definición. Típico hombre musculoso pero que intelectualmente deja mucho que desear.

A mis 41 años debo decir que los músculos me parecen fabulosos. Una obra de ingeniería maravillosa de nuestro cuerpo que tiene variados beneficios. Una masa muscular desarrollada (en parámetros normales, cuando uno escribe algo así rápidamente la gente piensa en fisicoculturistas, no hay nada más alejado de la palabra adecuado que eso) nos permite controlar de mejor forma nuestro cuerpo y nos ayuda con el proceso natural de envejecimiento de este. Por otro lado nos ayuda con nuestro sistema endocrino, nos permite un mejor control de nuestro peso y grasa corporal. Disminuye nuestra capacidad de tener accidentes y podría seguir enumerando beneficios.

Estoy seguro que crecí con cierta vergüenza a tener músculos. No porque me avergonzara el como me veo, sino por verme prejuzgado como una persona intelectualmente inferior. Se que puede parecer una tontera, pero siempre he sentido la necesidad de reforzar, por ejemplo, que estudié ingeniería, como una forma de ocultar la inseguridad que me provoca el ser pre juzgado por mis capacidades intelectuales. En más de una ocasión me han preguntado si soy Personal Trainer, de profesión. Rápidamente buscaba corregir a la persona que tenía enfrente y me identificaba como ingeniero. Todo esto producto de mi propia inseguridad y mis propios prejuicios. 

Hace un tiempo atrás me vi envuelto en una discusión con un vecino de nuestro local de Providencia. La discusión fue subiendo de tono y se volvió un tanto agresiva, por lo que decidí retirarme, al momento de dar vuelta la espalda escucho como me grita "ándate cabeza de músculo". No pude evitar el reírme del adjetivo. En ese momento logré entender el prejuicio que tenía rondando mi cabeza y que no me cabe duda existe en nuestra sociedad, me dio risa el darme cuenta en ese momento de lo equivocado que he estado.

Hoy escribo con completo orgullo estas líneas por mis músculos. Dedico mis días a cuidar cuerpo y mente, y busco que esta sociedad entienda la importancia de ambos. Me interesa romper los estereotipos estúpidos que consideran que cuidar nuestro cuerpo es una pérdida de tiempo. Por aquellos que creen que los músculos nos son relevantes, cuando son una parte esencial de nuestras vidas. Todo se trata de equilibrios. Cultivar solo el cuerpo dejando de lado nuestra intelectualidad no es aprovechar todo el potencial del ser humano, así como el puro desarrollo intelectual nos trae nefastas consecuencias en lo físico. Estamos en este mundo para ser mejores para intentar aportar nuestro granito arena en nuestro paso por el mundo y no me cabe duda que para eso necesitamos desarrollar nuestras capacidades física, intelectuales y emocionales. Cada una igual de importante para entendernos como seres humanos.

Hoy no siento la necesidad de recalcar a nadie mi profesión. Soy coach de CrossFit y en ese rol ayudo a las personas a cuidar y disfrutar su cuerpo. Soy líder de varios proyectos que tienen como propósito ayudar a las personas a disfrutar de la actividad física. Soy padre de un par de pequeñas hermosas  y soy indudablemente un ser humano imperfecto luchando por cada día ser mejor. Puedo decir que soy un orgulloso cabeza de músculo y cada uno de estos músculos que lucho por mantener día a día no hacen más que hacerme sentir orgulloso....

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