El dolor del cambio
“A menudo estamos más asustados que heridos, y sufrimos más en nuestra imaginación que en la realidad”
Son tiempos difíciles, creo que es indudable. Vivimos tiempos de cambios, de transformación. Después de un par de años muy complejos, por la crisis sanitaria vivida a nivel mundial, estamos en un punto complejo. Un mundo en crisis financiera, dólar e inflación funcionando en parámetros lejos de lo acostumbrado. Vivimos una efervescencia social que desde el 2019 a la fecha no logra aplacarse. Se ve mucho descontento, se ve una falta de claridad. Hemos pasado el último año envueltos en una crisis política, con un proceso constituyente que ha generado de todo. Para bien o para mal. Son tiempo complejos.
Cada uno de los eventos que vivimos hacen referencia a los cambios. Todas estas situaciones difíciles que enfrentamos en el día a día nos obligan a estar en constante "ajuste" de nuestra dirección. Cada uno es un escoyo que debemos superar y que en ocasiones pareciera desestabilizarnos. Es cansador, es agotador y por momentos pareciera que se nos acaban las fuerzas.
Pero así como la frase de Seneca, del principio de este blog, sufrimos más en nuestra imaginación que en la realidad. Al final tenemos miedo a la incertidumbre. Cambiar nos obliga a enfrentar nuevos desafíos, que no conocemos y que nos generan ansiedad, que nos obligan a replantearnos, a evolucionar. Es difícil, pero no es más que una constante que debemos aprender a enfrentar.
Nuestro proyecto de Acción ha enfrentado cambios en el último par de años. Tal vez los cambios más profundos que ha vivido en estos casi 10 años. ¿Es difícil? Muchísimo. Cada paso, cada día a sido una constante metamorfosis. Hemos tenido que adaptar nuestros espacios de trabajo, abrir y cerrar proyectos, cambios constantes en el equipo, cambios en el funcionamiento de las clases, cambios en el equipamiento, cambios en nuestros horarios. Cambios, cambios y más cambios. Pero a pesar de cada uno de esos cambios, seguimos intentándolo, seguimos luchando, seguimos evolucionando.
Hay días que siento el desgaste de tanto ajuste. Que me detengo un segundo a pensar, ¿Hasta cuando tantos cambios?. La respuesta es simple, para siempre. Hay tanto que sale de nuestro control y que sólo debemos aprender a lidiar con esto. Volver a razonar con que nuestro tiempo en esta vida es prestado. Que debemos aprovechar de disfrutar lo que tenemos y no perder el tiempo en aquello que no podemos controlar. No sufrir por tanto cambio. Simplemente enfrentar cada desafío y seguir en esta constante evolución.
A veces es importante recordar que sufrimos más en nuestra imaginación que en la realidad. Disfrutar el camino y recibir con alegría cada desafío.
No es fácil, pero pareciera que nada que valga la pena lo es.
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