Arquitectos de nuestro entorno

Son cientos de decisiones que tomamos día a día, muchas de ellas de manera inconsciente. Tomamos decisiones que impactan en nuestra vida en cada minuto y muchas de ellas somos incapaces de percibir que están influenciadas por nuestro entorno. Vivimos atrapados en un concepto de racionalidad que nos hace creer que el tomar buenas decisiones es una condición natural de nuestra existencia, cuando por lo general, es todo lo contrario. Una y otra vez tomamos decisiones que son contrarias a nuestra racionalidad que atentan contra nuestro propio bienestar, ¿porqué?

En más de una ocasión he usado estas líneas para escribir acerca de mi proceso de aprendizaje. Como fui aprendiendo que aquello que entendía por inteligencia iba mucho más allá de la racionalidad y envolvía más el entender como funcionamos realmente como seres humanos, que nuestro pensamiento lógico comprende sólo una parte de nuestro ser . Que somos estos seres emocionales, racionales y que vivimos "atrapados" en este constante ir y venir entre lo que debemos hacer y lo que hacemos.

Pregúntale a un fumador si conoce el riesgo de fumar. Es altamente probable que sepa de todo el daño que se está haciendo, pero aún así continua fumando. Lo mismo sucede con el alcohol y otras drogas. Los malos hábitos, el sedentarismo, procrastinar, comida chatarra, los dulces y un largo etcétera de conductas que conocemos como nocivas pero que pareciera no podemos frenar. A pesar de toda nuestra racionalidad, a pesar de todo el acceso a información pareciera imposible de detener este espiral de malos hábitos. Somos imperfectos por diseño o perfectibles por decisión. 

Hace 10 años atrás inicié un fuerte cambio en mi vida. Conocí el CrossFit, este loco sistema de entrenamiento plagado de una filosofía de alimentarse bien, ejercitarse de manera intensa y de rodearse de personas locas que hacen lo mismo. Muchos lo consideran casi una religión, en lo personal no me gustan mucho las religiones, pero si comparto la visión de que esto envuelve más que un sistema de entrenamiento. Al poco tiempo que comencé a hacer CrossFit dejé el cigarro. Empecé a compartir con personas que no fumaban y el realizar actividad física intensa hacía que fumar fuese bastante desagradable. Al tiempo de esto empecé a entrenar cada vez más y darme cuenta que acostarme muy tarde el fin de semana no me permitía entrenar bien al día siguiente. Dejé de salir, comencé a alejarme del "carrete". El tiempo siguió avanzando y tuve la alegría de ser padre. Cuando mi hija empezó a alimentarse de comida (no sólo líquido), con mi Sra., cambiamos de manera radical nuestros hábitos alimenticios. Priorizar el comer siempre comida real, mientras menos procesado mejor. Enseñarle con el ejemplo nos pareció la principal idea. Se acabaron las golosinas, chocolates y la "no comida" en nuestra casa. Nos dimos cuenta que al no tener esto disponible, simplemente nos alimentábamos mejor. Todo esto acompañado de un entorno que entendía esto y potenciaba esto, salvo nuestras familias, dónde veían que el alimentarse bien era una locura. Nuestras amistades fueron cambiando, ya no nos gustaba relacionarnos tanto con aquellos que querían juntarse a tomar, no parecía un panorama entretenido. Empezamos a cambiar nuestro entorno. Acción, el box, comenzó a ser nuestro entorno. Acá comenzamos a pasar nuestro tiempo. Rodeados de un ambiente que buscaba salud, que buscaba vivir mejor a través de buenos hábitos. Fuimos sacando la toma de decisiones y nos rodeamos de un entorno que potencia las buenas decisiones per se. Que no requiere de nuestra influencia sino que nos entrega su influencia positiva. Entre todos creamos un colectivo que nos hace vivir mejor. Un maravilloso círculo virtuoso que se construye entre todos.

Queremos ser estos seres poderosos y racionales. Sentir que estamos en control de nuestras vidas y que nada nos domina. Pero la realidad es que estamos mucho más influenciados de lo que nos gustaría por nuestro entorno. Debemos entender que existen formas de influir en nuestro entorno que nos pueden permitir cambiar en la dirección que queremos. No somos víctimas de nuestro entorno, simplemente a veces somos malos arquitectos de este y debemos trabajar en el diseño, en como construimos el entorno que nos lleva a ser la persona que queremos ser. Eso si es una decisión racional que puede tener un impacto fuerte en nuestras decisiones diarias.

Que no decidir sea la mejor decisión porque tu entorno tomó la decisión correcta, el entorno que tu diseñas.


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