Una especie de despedida

No se bien que voy a lograr con estas palabras, sólo siento que tengo la necesidad de volcar mis sentimientos en estas líneas. No me acomoda mucho hablar de temas tan personales y menos escarbar tanto en emocionalidades tan profundas, pero uno de mis compromisos conmigo, era usar este espacio para hablar de cosas que no siempre me acomodan. Simplemente sentarme a escribir y dejar ir. 

Día Viernes 14 de Enero del 2020. Día en que cumplía 10 años de matrimonio, de un feliz matrimonio junto a mi pareja. Trataba a toda costa de terminar mi día laboral, como es costumbre, atrasado, con miles de pendientes y saltando de una reunión a otra. Ya eran cera de las 16:00 horas y me encontraba metido en la que se suponía era la última reunión del día. En eso, suena mi teléfono, era la ex-Sra. de mi padre (incluso escribir "mi padre" se me hace extraño para referirme a la persona en cuestión). Me pareció muy extraño el llamado, por lo que decido contestar. Se le escuchaba afligida. Sólo atino a preguntar que pasó. Creo escuchar "Al Dobbs le dio un ataque al corazón, murió caminando por la calle". Me quedo helado y sin reacción. Le digo que me avise dónde está (no sé bien porqué), cuelgo el teléfono y sigo mi reunión como si absolutamente nada hubiera pasado. A los pocos minutos, en una intervención en la reunión, le comento a mis compañeros, "acaba de morir mi padre, siento que no debería seguir en la reunión". Todos quedaron helados, o al menos eso sentí. Traté de explicarles rápidamente que mi relación con él era bastante complicada, que no se preocuparan, pero tenía que salir de la reunión para entender bien que pasaba.

Acá viene en parte mi desborde de emocionalidad, que la verdad no es mucho. Mi relación con mi padre más que complicada siempre fue inexistente. A través de mi vida compartí muy pocos momentos junto a él y menos recuerdos significativos. Hitos importantes como terminar el colegio, terminar la universidad, mi matrimonio o el nacimiento de mis hijas nunca fueron compartidos con él. Si nos vamos a temas más personales, como el primer amor, la primera ruptura, las dudas existenciales o compartir miedos. Nada de eso lo viví junto a él. Simplemente nunca existió un vínculo. En el continuo de mi existencia a la fecha nunca fue parte de mi vida. Entonces, ¿Qué significa para mi su muerte? Lo cierto es que llevo los últimos días tratando de identificar el sentir y no siento mucho para ser franco. Lo siento como la partida de un extraño, como la vida de un extraño. De cierta forma he visto como en RRSS su partida causó conmoción en aquellos que lo querían, en aquellos con los que cultivó una amistad, con aquellos que lo acompañaron a través de su vida y que de manera positiva los influenció. No siento nada de eso. No me siento parte de eso, leo palabras que en lo que a mi respecta, hacen referencia a un extraño.

Todos estos acontecimientos me hicieron decidir alejarme de los ritos y convenciones sociales de la muerte de una persona. No me siento parte de su círculo y nunca me sentí parte de sus seres queridos. Al menos entiendo que son estos los que participan de estos ritos. Decidí no participar porque hace mucho que dejé de hacer las cosas sólo "por cumplir".

Te vi por última vez en Noviembre 2021, se te veía muy mal. Con la salud muy deteriorada y también con un semblante muy triste. Me hablaste de como te sentías solo y que te había afectado mucho la pandemia. Se te notaba incómodo, con una falta de vitalidad enorme. Debo ser franco que tampoco me sorprendió tanto tu partida, luego de ese encuentro.

Quiero escribir estas últimas líneas para él, para el Dobbs, el loco Michael, que fueron las formas que lo conocí a través de mi vida. No soy quien para juzgarte y tampoco quiero hacerlo. Decidiste vivir tu vida a tu manera, y como todos, fuiste víctima de tus propias decisiones, de tu entorno y de la vida que elegiste. Espero que hayas logrado cerrar tus ciclos y sintieras al final del camino que viviste la vida que querías. De mi lado te puedo contar que soy feliz y que mi vida va a continuar, de la misma manera que siempre siguió sin tu presencia. Mi vida no tiene un antes y después con tu partida. Años atrás decidiste no participar de mi vida y yo hace años que dejé de esperar algo de ti (20 años atrás, hice el duelo de tu partida). Escribo estas líneas de cierta forma pensando que fuiste un pésimo padre. Pero la verdad es que nunca tomaste esa posición en mi vida. Una de las principales razones por las que no podía decirte papá es porque otra persona tomó esa posición en mi vida y hasta el día de hoy siento ese vínculo con otra persona y agradezco que así sea.

Le deseo a toda tu familia paz y tranquilidad en estos difíciles momentos. Espero que puedan sobrellevar tu partida. En lo que a mi respecta este capítulo se cierra. 

Descansa en Paz loco Michael...

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