¿De que lado estoy?
Estamos viviendo una etapa indudablemente compleja. Actualmente nos encontramos, como sociedad, atravesando por etapas de cambio, que son dolorosas, que sacan a la luz verdades complejas y que revelan de cierta manera los valores a los que nos aferramos.
El día de ayer fue 18 de Octubre, fecha en que algunos conmemoran el inicio de una etapa de cambios y otros consideran el punto de inflexión dónde nuestro país ingresa en una profunda crisis. Mientras unos miran esta fecha con optimismo, como el primer paso de un duro proceso de cambios, otros lo ven como el comienzo de la debacle, como el momento en que todo se derrumbó.
Si nos vamos al mundo de la política más tradicional, vemos hace meses un grupo de candidatos que pelean por el cetro de el poder, mostrando el fiel reflejo de la política actual. La de las descalificaciones, la de quien representa al mal menor. Los constantes empates. Que tu te aprovechaste de esto, que tu hiciste aquello, Ok pero tu hiciste esto otro. Presenciamos día a día un patético espectáculo de como algunos luchan, sin ningún límite moral, por obtener el tan ansiado poder ("My precious"). Todo para poder, durante 4 años al menos, tomar ventaja de esa posición para ellos y los suyos.
Además de este patético espectáculo de descalificaciones tenemos que ver como juegan con las ilusiones de las personas. Con un desfile de promesas plagadas de fantasía. Prometiendo venir a arreglar problemáticas que aquejan por años a nuestra sociedad, no solo a nuestro país, sino que a la gran mayoría de las naciones. Todos cargados de ideas simples para arreglar problemas ultra complejos. Al final todo se reduce a un mar de teorías con poco sustento y que tienen bajísimas probabilidades de ser implementados. Pero como siempre, el papel aguanta mucho, por lo que las promesas, sobre todo en el mundo de la política, se las lleva el viento. Más cuando estas ideas "revolucionarias" prometen arreglar aquello que añoramos mejorar. Es el fiel reflejo de jugar con la esperanza de la gente.
Me entristece de cierta forma ver nuestra sociedad tan polarizada. Tan desconectada. Tan empática y a la ves tan apática. Mientras unos solidarizan con los pobres y aquellos que realmente son presa del sistema, muestran completa apatía por aquellos que se han visto afectados por las consecuencias de "el estadillo social". Por otro lado unos muestran extrema empatía por los emprendedores o los negocios golpeados por la revuelta pero muestran nula empatía por aquellos que se han visto dañados luchando por lo que consideran justo. ¿Qué lado está en lo correcto?
Es primera vez que me siento a escribir de estos temas. No me gusta mucho opinar de todo esto, porque me siento muy desconectado de las posiciones de la mayoría de las personas. Hace muchos años decidí encausar mi camino a la tarea de tratar de llevar la actividad física a más personas. A lograr que la actividad física y el deporte se considerara como un pilar relevante del desarrollo del ser humano y nuestra sociedad. Estoy muy lejos de lograr algo, pero sigo levantándome cada día con esa convicción. No reparo mucho en lo que pasa a mi alrededor y trato de seguir enfocado trabajando en lo que creo, en lo que siento que puedo cambiar sin reparar tanto en aquello que sale de mi control.
¿Cómo puedo estar preocupado de el deporte y la actividad física mientras en mi entorno se desarrolla una de las crisis sociales-político-económicas más grandes que me ha tocado presenciar?
Simplemente siento que mi aporte está en mi propósito actual. Sigo viendo como importante lograr que las personas vivan una mejor vida y soy convencido que el deporte tiene impacto en la calidad de vida de las personas. Siento que desde esta vereda aún se puede construir mucho y que no tengo las capacidades para arreglar lo otro.
Sigo sin respuestas, no se de que lado estoy, ni siquiera quiero elegir un lado.
Quiero seguir tratando de luchar por lo que creo, por lo que amo y por cambiar aquello que siento que puedo cambiar. Elegir el camino dónde quiero impactar, dónde siento mis fortalezas pueden impactar.
No se en que termine todo esto. Solo deseo que dejemos de elegir bandos y empecemos a entender que somos todos un equipo, que queremos lo mismo. Vivir en un país mejor, en una sociedad mejor, en un mundo mejor y eso lo logramos cuando trabajamos juntos, no divididos.
Lo peor que un ser humano hace es elegir bandos, con eso se cree distinto y separa de la humanidad...
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