Magnitud, dirección y sentido
"Los empresarios son todos ladrones que se aprovechan de sus trabajadores y se llenan de dinero"
"La gente es floja, no quiere trabajar, quiere que todo se lo regalen"
En el último tiempo he escuchado ambas frases en variadas oportunidades, por supuesto vienen de distintos frentes, siempre del lado opuesto. Resulta triste ver como se ha ido generando este antagonismo entre ambas partes, dónde siempre uno es el bueno y el otro es el malo. De cierta forma sobre simplificamos el problema para hacerlo calzar en alguna de estas teorías. Teorías que miran el problema desde la vereda opuesta, que apuntan con el dedo y juzgan con verdades absolutas.
Este es el punto dónde el relato suele tornarse de izquierda y de derecha. Donde nos vamos a la pelea de tantos años entre Adam Smith y Karl Marx. ¿Quiénes son las empresas? ¿Son los trabajadores? ¿Son los empresarios? ¿Cómo construyes empresas sin trabajadores? ¿Cómo desarrollamos empresas sin capital? ¿Quién corre el riesgo? ¿Quién aporta más? ¿Cómo medimos los aportes?
Son tantas las interrogantes que se generan y desde mi perspectiva ninguna tiene una respuesta absoluta, cada una depende. Para lo que si tengo una respuesta absoluta es la necesidad de entender "la empresa" como una construcción conjunta, como un colectivo que requiere la sintonía entre el empresario y los trabajadores. Esta lógica de enemigos tengo plena certeza que no logra el objetivo para nadie. Que sólo logra ir en contra del objetivo que debiese tener toda empresa, la de aportar a satisfacer necesidades de nuestra sociedad. Pero siempre haciendo énfasis en aportar, en construir.
Veo todos los días a aquellos que comparten conmigo mi proyecto pero sólo en unos pocos logro identificar o siento el trabajo conjunto, la construcción colectiva. ¿Porqué? Al menos para mi resulta claro. Ellos no trabajan por mi o para mi, lo hacen por el proyecto y su objetivo. Creen en lograr un mundo mejor, un mundo con más actividad física. Creen en esta simple idea de que podemos ayudar a las personas a vivir mejor si se mantienen en movimiento, si potencian sus habilidades físicas. Pero aquellos que logran esa conexión lo hacen porque a ellos les importa, porque para ellos es importante, no por el sueldo, no por la fama, no por la aprobación del resto, lo hacen por un propósito, porque miden su éxito por las sonrisas que logran, por el cariño que entregan. A estos también son los que veo sonreír frente a la adversidad y que me siguen acompañando pese a lo difícil que ha sido.
Es triste ver lo separados que estamos como sociedad.. Lo confrontados que nos encontramos en estos momentos. Respetarnos y comenzar a comprendernos sin juzgarnos. No blancos y negros, seres humanos, diversos, ni buenos ni malos, sólo personas navegando en un mundo de dificultades. Cada uno victima y dueño de sus experiencias, sus tristezas y alegrías.
No se si esto hace sentido, ni tampoco se dónde llegaré con cada relato. Escribo semana a semana tratando de conciliar mis ideas buscando comprender mejor el camino. Trato de mantenerme alegre e intento no juzgar a las personas que me rodean, trato de comprenderlas.
Termino estas líneas y se acerca un alumno. Dejo de escribir.
"¿Te puedo ayudar en algo?".
"Sólo quería saludarte, VAMOS QUE SE PUEDE Daniel, esto lo sacamos adelante."
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