La Estrella del Equipo

"Puedo conversar contigo", esta situación se repetía constantemente. Algún alumno que por algún motivo decide darme algún feedback del servicio, bueno o malo.

Nos sentamos, en lo que solía ser mi oficina. Patricio, a esas alturas, llevaba casi un año y medio entrenando junto a nosotros. Siempre destacó en clases. Destacó por su entrega y esfuerzo, por ser un tipo reservado, pese a que participaba de todo evento en comunidad, se le veía como alguien no del todo sociable. 

Un tipo grande, de envergadura física,  su apariencia no invitaba a abrazarlo, por lo general uno lo veía más con el ceño fruncido que sonriendo. Hasta ese momento yo no sabía mucho de Pato. ¿Lo principal? Con más de 40 años era de los alumnos más longevos del box. Entrené en variadas ocasiones con él y siempre era una muy entretenida y sana competencia, excepto cuando me ganaba, ahí no era tan entretenido. Además de lo que veía en el box sabía que Pato era vocalista de una banda de Death Metal (no estoy 100% seguro del genero), que había sido obeso antes de comenzar en CrossFit y por último, sabía que trabajaba en una empresa de gas en el área de contabilidad.

Volviendo a la conversación, me comienza a contar que lo van a despedir de su trabajo. Llevaba años en un área de cobranza (creo) y habían traído a una nueva jefatura. Ya le habían avisado que no contaban con él. Dado este forzado cambio en su vida, había decidido que quería trabajar en CrossFit. Me pregunta directamente que puede hacer para hacer clases en el box. Yo lo miro extrañado, Patricio no tenía experiencia haciendo clases. No se veía como un "people person". En ese momento no fui capaz de ver ninguna pista que me indicara o me mostrara el potencial. Le ofrecí que podíamos probar con el área administrativa, que podía comenzar ayudándome a mi en las tareas del box. A esas alturas necesitaba ayuda y que podía usar su experiencia para que construyéramos un trabajo. Después de un par de días se acercó a mi y me indicó que no le interesaba. Que él quería hacer clases. En ese punto, fue tanta su insistencia y ganas que le propuse que partiera como asistente, en esos tiempo trabajábamos todas las clases en pares, con un coach a cargo y un asistente, el podía tomar esa función. Partir desde abajo e ir ganándose un espacio.

Comienza su travesía, el proyecto de Acción sigue creciendo y Patricio va de la mano con eso. De a poco se fue convirtiendo en el "mejor asistente". Al pasar el tiempo me avisa el dueño de otro box que le había ofrecido trabajo como coach a Patricio. El me cuenta que va a empezar a hacer horas de coach en otro lado pero que quiere seguir como asistente en Acción. Hasta ese punto Patricio nunca se quejó por su posición en el box. Pese a que todos lo sindicaban como "el mejor asistente", cada uno de los coach.

Sigue el paso del tiempo y voy sintiendo la necesidad de reconocer el buen trabajo que hacía Pato, pero por algún motivo seguía teniendo miedo. No quería repetir un error común. Mover a una persona a un rol distinto y pasar de ser el mejor en algo al peor en el otro cargo. Por ese tiempo teníamos siempre un coach a cargo del equipo de asistentes. La posición nunca funcionó del todo bien, pero decidí, como una forma de reconocer su trabajo, dejarlo a cargo del equipo de asistentes y ver como se posicionaba en su nueva función. Por supuesto que al poco tiempo empezó a mostrar un trabajo de excelencia. Pero, a pesar de esto, en más de una ocasión tuve que "defender" a Pato de sus compañeros, porque no era capaz de lograr el respeto que se merecía, según el trabajo que mostraba. 

No logro entender la razón de esto. De mi lado veía cómo Pato mostraba un trabajo de excelencia. Siempre recibía feedback positivo de los alumnos. Pato siempre apoyaba a los otros del equipo cuando necesitaban cubrir un horario, ahí era el primero en apoyar. Cada vez que el proyecto necesitaba una mano yo sabía que contaba con él, sus compañeros podían contar con él, los alumnos sabían que contaban con él. Pero aún así no lograba el respeto de sus pares. Con un poco de miedo llegó el momento de tomar la decisión de pasarlo a coach. A estar a cargo de las clases.

Cabe destacar que a esas alturas ya habían pasado más de 2 años. Durante ese tiempo Pato fue mostrando un "hambre" por mejorar que no veía en otros. Siempre aprendiendo, siempre estudiando. Cómo partió siendo "el más débil"  lo obligó a nunca dejar de mejorar. Trabajo incesantemente por lograr su objetivo. Ser coach en Acción. Y lo logró. El camino que siguió no fue fácil, se siguieron repitiendo los problemas de confianza con el equipo y un constante cuestionamiento de los pares, pero cada vez eran menos. Los alumnos se mostraban encantados con su trabajo y su dedicación. Cómo se entregaba día a día por ayudar a sus alumnos, al menos a mi, me inspiraba.

Llegó la pandemia y el equipo se desintegró. Hemos tenido cierres y aperturas. Y he contado con él en cada una de ellas. Me ayuda a liderar el equipo y se convirtió en el referente que siempre debí tener en el equipo. Tengo la fortuna de seguir trabajando con Pato. Él no ha bajado los brazos y no me ha dejado bajar los brazos. Cada vez que he querido rendirme pienso en él. En como lucha cada día por ayudarme, en como lucho por lo que quería pese a lo difícil y largo del camino. Se que soy demasiado afortunado. Pocas veces en la vida uno logra encontrar personas como Pato. Armar equipos de trabajo es una tarea muy difícil. Constantemente nos vamos a equivocar, pero si tenemos la suerte de pillar un Pato en nuestros equipos, les aseguro que las posibilidades son infinitas.

Quise dedicar estas líneas a uno de mis compañeros de equipo, dejar un testimonio de lo que significan para mi y este proyecto. Creo que soy malo para dar las gracias, para mostrar mi afecto. Pero no se imaginan como quiero a cada una de las personas que siguen conmigo luchando por este sueño. Estaré eternamente agradecido de todo el dolor que hemos compartido, no importa como termine esto. MUCHAS GRACIAS EQUIPO DE ACCIÓN.




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