Equilibrio y autocuidado
"Lo lamentable de trabajar para uno mismo, es que Ud. tiene el peor jefe del mundo"
Hace un tiempo, antes de la pandemia, recuerdo que esa frase apareció en una conversación. ¿El contexto? El camino de emprendedor se va llenando de tareas y funciones, mucho de lo que hacemos termina siendo una oda al esfuerzo. Una constante búsqueda de nuestros límites y de cuanto podemos aguantar. Largas jornadas de trabajo, mucho stress, constantes cambios de foco y, ser el que siente la responsabilidad sobre sus hombros. Sentir que si no lo hacemos, nadie lo va a hacer y actuar como el héroe de la jornada.
Esta lógica del emprendedor "martir" la he visto mucho, he incluso la he vivido en carne propia. El sentir que debes seguir insistiendo, cueste lo que cueste. Que debes sacrificar todo lo que sea necesario, incluso tu salud mental. Bajo ninguna perspectiva esto es una buena estrategia, pero sobre todo en el largo plazo. No somos maquinas, necesitamos descanso, necesitamos cuidarnos.
Es curioso como se pierde la perspectiva y el equilibrio. Muchas veces creemos que al sacrificarnos por los otros estamos haciendo lo correcto. Cuando en realidad es todo lo contrario. Nos estamos "quemando" para nosotros y para los otros. Al final empezamos a sufrir las consecuencias de tratar de llevar el sistema al extremo, hasta que llega un momento que se rompe.
Tu salud mental, tu salud física, tu desarrollo como individuo, tus momentos de felicidad son activos indispensables para poder "performar" al más alto nivel. Si no somos capaces de buscar ese equilibrio nunca lograremos realmente desarrollar nuestro potencial. A veces la mejor estrategia es descansar, es tomar un respiro, es cambiar el foco para poder retomar el foco.
Cuando comencé con los ejercicios de meditación no lograba entender como el pasar 10 minutos sin hacer nada podía ayudar. Sentía que era una pérdida de tiempo. Cerrar los ojos y respirar un rato, ¿Cómo me iba a ayudar a terminar las 200 cosas que quería completar en el día?. A medida que fui adoptando el hábito me di cuenta de que cada vez que meditaba mi mente luego estaba más enfocada, me concentraba mejor en mis objetivos. Dedicar 10 minutos me permitían trabajar luego a mayor intensidad. Me fui dando cuenta que posponer el autocuidado es la peor manera de lograr un buen "performance". Me terminé dando cuenta de que es importante el equilibrio y que debemos cuidarnos si queremos lograr el desempeño que buscamos.
Hoy en día vivo días locos. Entre levantar el proyecto de Acción, trabajar en un nuevo proyecto, hacer clases de CrossFit, ser padre y enfrentar los problemas que me dejó el COVID, mis días son largos y de mucho esfuerzo. Se que para lograr rendir debo cuidarme, debo incluir dentro de mi día aquellas cosas que me hacen bien, que me permiten estar mejor para mi y para los otros.
Dormir la cantidad de horas correcta, cuidando los ciclos de sueño (no quedarse despierto hasta tarde). Meditar de manera frecuente (2 veces por semana al menos). Hacer actividad física (todos los días). Ir a buscar a mis hijas al colegio y el jardín, almorzar con ellas. Leer unas páginas de un libro cada día. Comer de manera balanceada, buscando nutrir mi cuerpo. Todos estos son hábitos que mantengo en mi día a día, sin importar cuanto trabajo tenga, y que se que me cuidan y me hacen bien. Al mantener estos, logro estar mejor, sentirme mejor y rendir mejor.
Debemos entender que una de nuestras principales responsabilidades es cuidarnos, para poder cuidar a los otros. Cuidarnos como individuos para poder cuidar al colectivo. Al final todo es cuestión de equilibrio. Suena simple, pero es realmente difícil en la práctica y vale la pena intentarlo.
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