Disfrutar el camino

13 años atrás recuerdo una conversación en el balcón de mi casa con un amigo. El me hablaba de la felicidad que le generaban todos sus logros. Cuando hablaba de sus logros le brillaba la sonrisa, estaba feliz por su nuevo auto, su departamento, una nueva carrera que había comenzado a estudiar. Con orgullo miraba todo lo que había avanzado y cómo sentía que su esfuerzo lo había llevado hasta el punto en el que relajados, disfrutando una cerveza en el balcón, contemplábamos la vida. Recuerdo que su relato me hizo reflexionar. Pese a que en ese momento tenía muchas de las cosas que el mencionaba ninguna de ellas me "llenaba", por algún motivo no me hacían sentido. Recuerdo una sensación extraña, una sensación de vacío. Sin buscarlo, siento que en ese momento, se generó un cambio en mi vida o simplemente gatilló un cambio en mi perspectiva.

Hasta esa fecha sentía que mi vida consistía principalmente en trabajar y tratar de ganar más dinero. Levantarse cada día en búsqueda de una meta que parecía clara. Hacer bien mi trabajo y que cada vez se me pagara mejor por esto. Volverme "seco" en lo que hacía y que eso me trajera éxito económico. De repente todo se desmoronó. Parecía que el plan no tenía ningún sentido. Desde ahí comienza un camino vertiginoso. Sin mucha claridad respecto a cual era mi siguiente paso pero fui capaz de entender que algo faltaba.

Ese algo que faltaba no estuvo claro por bastante tiempo. Luego de esa conversación recuerdo cambiarme de trabajo. Decidí buscar una industria que me pareciera "entretenida", al poco tiempo me di cuenta que no era eso lo que buscaba. Luego decidí cambiarme de área. Hasta ese momento había trabajado principalmente en finanzas, me pasé a trabajar al mundo del marketing. Ya en ese momento me comencé a frustrar. Sentía que mi carrera profesional no iba hacia el camino que imaginaba. Llevaba muchos cambios de trabajo, el dinero me servía, pero estaba estancado y el vacío que sentí en esa conversación de balcón me acompañaba día a día. 

Alrededor de esa época conozco el CrossFit, empiezo a sumergirme en este extraño mundo y aprendo nuevos conceptos de comunidad y apoyo. Vuelvo a disfrutar del deporte desde otra perspectiva, mucho más parecido a los deportes colectivos que había disfrutado tanto en mi adolescencia. Nace la posibilidad de empezar un proyecto y, sin pensarlo tanto, me sumerjo en esta aventura. Estoy consciente que cuando comencé no tenía absoluta idea de dónde me llevaría este camino. Pero si se que en ese momento se comenzó a cerrar ese vacío de aquella conversación de balcón. Las piezas empezaron a cuadrar nuevamente.

Hoy en día uso estos aprendizajes para no perder el rumbo. En estos difíciles momentos, dónde gran parte de mis proyectos parecieran derrumbarse, sigo luchando por no desviarme del camino que he construido. Mi proyecto de Acción sigue agonizando, y pese a el dolor que ha implicado, trato de mantenerlo vivo y buscar las formas de llevarlo adelante, junto a aquellos que aún creen en mi. Adicional a esto sigo buscando nuevos desafíos que me permitan ayudar a otros con mi experiencia. Tuve la suerte de trabajar con un pequeño emprendimiento, en un proceso de mentoría. Tuvimos una reunión de seguimiento hace unos días y me enorgullece ver cuanto ha crecido y cómo pude ayudar a otros a empujar sus sueños. Estoy siendo parte de un nuevo equipo de trabajo, junto a una startup, y pese a que mi participación en el proyecto aún pareciera "confidencial", estoy muy contento de la posibilidad que se me ha dado de aportar y poder ayudar a otros a construir sus sueños. Es un mundo nuevo dónde mi experiencia logra ser relevante y puedo aportar a un grupo de personas a tratar de conseguir sus sueños. Hace un par de semanas se me abrió la posibilidad de comenzar a trabajar con un box de otro país, armar algo así como una consultoría para centro de fitness de Latinoamérica. Suena a un lindo proyecto que podría ayudar a más personas a concretar sus sueños.

¿A que apunto con estas líneas?

Primero que todo quería escribir desde un tono positivo. A veces uso mucho este espacio para volcar mi frustración respecto a los difíciles momentos que atravesamos y no siempre es bueno. Es importante practicar el positivismo, el ver el "vaso medio lleno". Pese a toda la dificultad aún tengo muchísimo porque luchar y agradecer.

Lo segundo. Quiero destacar cómo el camino esta más lleno de sensaciones que de certezas. A través de mi recorrido fui sintiendo la necesidad de cambiar de dirección, sin saber para dónde debía direccionar ese cambio. Muchas veces traté que la razón guiara mi camino de manera equivocada. Hoy dejo que mi corazón defina la meta y la razón se haga cargo de construir el camino. 

No se dónde mi corazón me va a llevar, pero si me aseguro mantener la sonrisa en el camino y siento que de eso se trata a fin de cuentas.



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