¿Eliges vivir enfermo?

Las estadísticas son abrumadoras. 80% de los adultos, mayores de 60 años tiene sobrepeso u obesidad. Es decir 4 de cada 5. Esto solo tomando en consideración el exceso de grasa como un problema de salud. Sabemos que en esta población la pérdida de masa muscular es considerable (sarcopenia) y también conlleva problemas asociados a enfermedades no transmisibles.

Por otro lado, en Chile, el 60% de los niños de quinto básico tiene sobrepeso u obesidad. Niños que supuestamente juegan saltan y corren, al menos más que los adultos, como parte de los juegos naturales de esa edad.

Hace ya varios años existe en Chile el programa "Elige vivir sano". Si contrastamos el nombre del programa, con la realidad de nuestro país, podríamos decir que esto se trata solo de un problema de malas decisiones. Tenemos entonces que mostrarle a la gente que está eligiendo la alternativa equivocada. La respuesta del gobierno ha sido una constante campaña comunicacional que busca que las personas tomen conciencia de que están eligiendo equivocados.

En esa lógica no puedo evitar preguntarme. 

¿Acaso no sabemos que estamos eligiendo mal?

¿No somos conscientes que la comida chatarra nos hace mal?

¿No sabemos que deberíamos realizar actividad física de manera regular?

¿La epidemia de enfermedades no transmisibles que nos aquejan son producto de nuestra ignorancia?

¿Acaso no sabemos que deberíamos consumir más frutas y verduras?

Creo que el problema es más complejo que simplemente entregar información para cambiar las decisiones. Se requiere un cambio en los hábitos de nuestra sociedad. El tener la libertad de elegir no nos asegura que vamos a elegir lo correcto. Con las tasas de obesidad y sedentarismo esto debería estar claro. Pero seguimos pensando que el problema lo arreglaremos apelando a la racionalidad de las personas.

Esto es como insistirle a un fumador que deje el cigarro porque le hace mal. Las personas que fuman saben el daño que se están causando, simplemente lo hacen igual. Porque fumar los hace sentir bien, porque sienten que pueden decidir si quieren hacerse daño o por la razón que sea. El problema es que la "promesa" de una futura peor salud no es suficiente para eliminar el hábito. Así sucede con muchas cosas que hacemos.

Hace un tiempo atrás leí respecto a un estudio que buscaba cambiar el comportamiento de las personas respecto al lavado de manos después de ir al baño. Les adelanto la conclusión, ¿Cuál estrategia logro una mayor adhesión al lavado de manos? Poner el lavamanos fuera del baño. De esta forma las personas se sentían expuestas a que todos lo estuvieran mirando. La presión social de que otros vieran que no te lavaste las manos hacía que la gran mayoría cumpliera con tomar la decisión de lavarse las manos.

La estrategia de educación no funcionó, la estrategia de el castigo, de el premio o de remarcar las consecuencias no funcionó. La mejor estrategia fue la que apeló a el funcionamiento de los seres humanos y trató de entender de mejor forma el porqué de nuestras decisiones.

Dejemos de soñar con la utopía de que las personas de un día para otro elijamos vivir sano y empecemos a construir una sociedad que por defecto, que por diseño, viva sano.

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