Deporte y COVID
¿Como canalizar la frustración? En estos momentos me siento a escribir y no se por dónde empezar, porque son tantos los sentimientos que me inundan que no soy capaz de identificar que es qué. Ya van más de 225 días cerrados, sin poder trabajar, sin poder disfrutar de lo que hacemos. Un 62% de nuestro año ha sido con las puertas cerradas sin poder entregar el trabajo que amamos y viendo con desesperanza como todo lo que hemos construido se derrumba.
En algún momento, como parte de este proceso, se generó en
mi una cuota de esperanza. Imaginé que esta enorme crisis que vivimos como
mundo podría abrir las puertas a un cambio, a cambiar nuestra atención y darnos
cuenta del daño que nos hacemos. Pensaba, de manera ingenua, que esta nueva
enfermedad podría hacernos entrar en razón. De cierta forma parecía lógico.
Esta enfermedad ataca principalmente a aquellos que tienen un sistema inmune
debilitado y una de las principales herramientas que tenemos para cuidar
nuestro sistema inmune es la actividad física, son los buenos hábitos. El
alimentarnos bien, el realizar actividad física, un buen dormir son todas herramientas
que están a nuestro alcance para mantenernos más sanos y mejor preparados
contra esta enfermedad, y cualquier otra. Imaginaba que todo esto podía
acarrear una mayor conciencia, un mayor interés por cuidarnos. Dejar por un
rato de lado la constante búsqueda de gratificación inmediata y un mayor
entendimiento acerca de los pequeños esfuerzos que podemos hacer día a día para
vivir mejor. Pero lamentablemente siento que nada de eso ocurrió.
Veo con tristeza como los hábitos se esfumaron. Es tan difícil
construir una vida con hábitos saludables y en 225 días muchos los perdieron.
La pandemia exacerbó nuestro sentimiento autodestructivo o nuestro impulso a no
hacernos cargo de enfrentar nuestros problemas.
Seguimos mirando con desazón la carrera por la vacuna que
arregle el problema mientras tenemos a nuestro alcance herramientas para hacer
frente a esto. Pero hicimos todo lo contrario. Demonizamos la actividad física.
Uno de los hábitos que mayor evidencia nos entrega respecto a su impacto en el
sistema inmune, y uno de los hábitos que sabemos que menos existe en nuestra
sociedad, decidimos demonizarlo. Hacerlo parecer como el enemigo, casi como el
causante de la propagación acelerada de la enfermedad, cuando podría ser uno de
los principales aliados en mantenernos más fuertes para enfrentar una posible
enfermedad. Decidimos atacar a quien está acá para ayudarnos. Los gimnasios y
centros de entrenamiento somos simplemente espacios destinados a ayudar a
aquellos que quieren mantener una vida más saludable. Somos los espacios dónde
viven estos buenos hábitos, que tan pocos tienen y que tanto necesitamos. Somos
simples facilitadores de algo que a nuestra sociedad mucho le cuesta, que es el
cuidarnos.
Veo con tristeza como se generó una caza de brujas al mundo
de los gimnasios. Efectivos de la PDI, el SEREMI, inspectores Municipales,
grupos orquestados entre distintos departamentos abocados en evitar que las
personas puedan realizar un poco de actividad física. Pocas veces hemos visto
organizamos gubernamentales tan bien coordinados para detener algo. En este caso
están dedicados a evitar que las personas realicen actividad física. Definitivamente
una gran labor. A nuestra sucursal de Las Condes llegaron 6 funcionarios para
tratar de cerrarnos, si seis!!!. Al parecer sentían necesario los refuerzos por
lo peligroso de nuestra actividad.
Y así seguimos en el mundo al revés. Nuestros fiscalizadores
buscando de manera incesante evitar que las personas hagan actividad física.
Que abran sus puertas aquellos lugares que viven con la misión de ayudar a
nuestra sociedad a desarrollar una vida más sana. Por otro lado nuestras
autoridades buscando inventar mil y una formas que hagan que operar los
gimnasios y centros de entrenamiento sea inviable con la clara misión de que en
el futuro dejen de existir estos espacios. No entiendo como a nadie le importa,
como nadie es capaz de ver el daño que estamos haciendo a nuestra sociedad.
Estoy cansado, aburrido y frustrado. Durante 7 años he
peleado por distintos proyectos asociados al deporte y la actividad física. He
visto con pena como se generan miles de trabas que buscan evitar desarrollar
esto. Algo que es tan importante para nuestra sociedad, nuestras autoridades en
vez de potenciarlo lo destruyen, en vez de facilitarlo, lo frenan.
¿Será que todos los beneficios que tiene la actividad física
son falsos? ¿Es todo un mito?
Una enfermedad que ataca con más fuerza a las personas
sedentarias y obesas. La estamos atacando, volviendo a nuestra sociedad más
sedentaria y obesa. Hay algo de esta frase que no me hace sentido. A alguien
parece que si
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