El dolor de la crítica
¿Cómo hacemos frente a las críticas?
Todos entendemos la lógica respecto a que toda crítica es una especie de feedback. Que la teoría indica que cada vez que recibimos este tipo de información deberíamos ser capaces de absorberla, analizarla y luego modular nuestro comportamiento para incorporar lo nuevo a nuestro desarrollo. Esto corresponde a un proceso de mejora continuo, la cual todos como seres humanos debiéramos enfrentar constantemente. Obviamente si nos interesa ir mejorando en el tiempo.
Personalmente creo muy importante trabajar día a día en ser mejor. Creo que pequeños esfuerzos diarios nos pueden ir acercando cada día más a ser una mejor versión de nosotros mismos. Incluso cuando muchas veces es difícil de percibir esa mejora.
En lo últimos días recibí la que debe ser, la más dolorosa de las críticas. Tres de las personas más cercanas a mi trabajo. Aquellas con las que uno trabaja codo a codo en búsqueda de un objetivo se juntaron a criticar mi actuar. Entre los tres se acercaron a mostrar su molestia, no solo por las situaciones que vivimos, sino porque también estaban dolidos, respecto a mi desempeño y liderazgo. Me indicaron, sin tapujos, su decepción respecto a mis acciones y como a ellos los había afectado. Por último me indicaron firmemente que no querían volver a trabajar conmigo.
Al revivir el momento no puedo dejar de sentir el dolor de sus palabras. El como, sin buscarlo, generé en ellos enojo y molestia. Como logré que tres personas, con las cuales compartía un enorme afecto, decidieran que yo no valía la pena el esfuerzo. Me duele pensar que, de mi lado quería ayudarlos, y que logré, todo lo contrario. Que simplemente se sienten decepcionadas de mi persona y que no están dispuestos a ver una reacción del feedback entregado.
Creo que todas estas críticas duelen tanto por diversos motivos. Primero que todo, porque es una crítica "cerrada". Que no da la posibilidad de mejorar la relación. A que voy con esto. No te estoy dando un feedback para que tratemos de mejorar, simplemente te estoy diciendo lo que pienso y te doy la espalda. No estoy dispuesto a trabajar contigo para mejorarlo, pierde un poco el sentido de ser una crítica constructiva. Lo segundo, sentir que son palabras que llevan escondidas tanto tiempo. Me duele sentir que no fueron capaces de ser honestos conmigo. Traté por todos los medios de generar relaciones genuinas, lamentablemente no lo logré. Pero lo peor de todo, creía que si lo tenía.
Aún sigo sacando conclusiones de la conversación. Pese a que duele, busco revivir y absorber la información. Trato de entender en que fallé y porqué lo hice. Todos, en situaciones como esta, caemos en la trampa de querer invalidar las críticas. Es importante tratar de entenderlas y buscar la forma de obtener la información necesaria que nos permita seguir avanzando.
El tiempo seguirá su curso y está herida irá sanando. Como todo en la vida, el dolor también es pasajero. Me quedo con los hermosos momentos que compartí con estas tres personas. Con las que construimos tanto, logramos grandes cosas y con las que compartí victorias y fracasos. Son muchísimos los momentos de alegría y risa que guardaré en mi memoria y seguirán por años siendo parte de mi historia.
Gracias por todo lo vivido y que la vida les traiga solo cosas bellas, que se las merecen.
Yo seguiré intentando ser mejor.
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