Nuestro ser racional vs nuestro ser irracional
Estudié ingeniería. Una de las principales razones que me llevó
a disfrutar esta carrera hacía referencia a la noción de que somos seres
racionales y que nuestras decisiones en la vida podían ser mejoradas por el uso
constante de la lógica. Si somos capaces de desarrollar nuestro pensamiento
racional, estaremos más preparados para enfrentar las diferente decisiones y
dificultades de la vida.
Desde un punto de vista racional, es bastante lógico (por
supuesto). Si entiendo mejor los procesos de toma de decisiones racionales,
puedo aplicarlos a mi vida y por lo tanto los caminos que voy a ir tomando son
los con mejores probabilidades para lograr aquellas cosas que quiero. Toda esta
palabrería tendría sentido si tan solo fuéramos seres gobernados por la razón,
pero si así fuera, ¿en qué tipo de mundo viviríamos?
Durante las últimas semanas he intentado entender porque las
personas se niegan a hacer actividad física. La lógica económica dice, que si
el esfuerzo (costo), supera el beneficio, racionalmente no deberíamos estar
dispuestos a realizarlo. Siguiendo esta forma de pensar la respuesta es simple.
¿Cuáles son los “costos” de realizar actividad física?
Acá podemos hacer un largo listado, desde la transpiración y
quedar sucios, hasta el miedo al ridículo o la probabilidad de lesionarnos,
pero el analizar este punto no carece de lógica. Es tan simple como realizar un
listado de los contras y asignarles una nota según la curva de utilidad de cada
persona. Ahora vamos a los beneficios, en este punto podemos tomar a la ciencia
como principal aliado. Encontramos numerosos estudios que hablan de los
beneficios físicos directos, la salud cardiovascular, la salud ósea, podemos hablar
de disminuir la probabilidad de un largo listado de enfermedades. No menos
importante los beneficios de nuestro sistema endocrino, ayuda a regular
nuestras hormonas, llenándonos de endorfinas y reduciendo los niveles de
cortisol. Podemos hablar de los beneficios sociales e incluso los referentes a
la autoestima. En realidad, el listado de beneficios es enorme y cuesta imaginar
que el costo sea mayor que el beneficio. Pero aún así la mayoría de las
personas, contrario a la lógica, una y otra vez tomamos decisiones que
parecieran irracionales y favorecemos otras decisiones que tienden a parecer
más emocionales. Pese a que la actividad física puede mejorar nuestras vidas a
un bajo “costo”, no estamos dispuesto a hacerlo. ¿Acaso no queremos vivir mejor?
Creo que acá es dónde converge todo. Tenemos la capacidad de
razonar, somos seres lógicos, pero nuestro accionar no está gobernado por esta
lógica. Muchas veces, si analizamos las cosas que realmente nos movilizan nos
daremos cuenta de que nacen más de la emoción que de la razón. Aquellos líderes
a los cuales seguimos no lo hacemos por su irrefutable lógica, necesitamos que
sus palabras hagan sentido, pero no son el sentido de sus palabras las que nos movilizan,
es como esas palabras son capaces de inspirar, de apelar a nuestras emociones
las que nos llevan a superar los “costos”.
Al menos para mi es cada día más claro, no somos seres
racionales, o al menos nuestras acciones no se encuentran dominadas por la
razón. Pero tampoco somos seres 100% emocionales, funcionamos de como un mix de
ambos, dónde muchas de nuestras decisiones de día a día son automáticas, otras
son gobernadas por la razón y muchas son manejadas por las emociones. Y no
podemos hacer nada por controlar eso, aunque pareciera lógico hacerlo. Si es
importante reconocerlo, entenderlo y usarlo a nuestro favor.
La próxima vez que quiera convencer a alguien respecto a un
argumento. Deja de buscar aquella lógica irrefutable que abarque todos los
puntos que quieras demostrar y trate de conectar más con la persona que tienes en
frente y sus preocupaciones. La próxima vez que la lógica te muestre un camino,
no dependas de este para movilizarte. Piensa en como “engañarte” a realizar las
tareas que necesitas en el día a día.
Debemos de dejar de intentar de ir con la bandera de lucha
de la lógica y la racionalidad para ganar cada batalla y conectarnos más con
nuestra naturaleza humana. El argumento técnico es sólo una parte del argumento.
Debemos entender que si queremos que más personas hagan actividad física no basta
con seguir repitiendo los beneficios o incluso los “costos” de no hacer
actividad física y debemos empezar a diseñar un mundo dónde no sea una
decisión, sino que sea una Acción.
Es hora de dejar la razón y comenzar con la acción.
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