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Mostrando entradas de julio, 2020

Hablando de Motivación

El día de ayer tuve el privilegio de acompañar en una conversación, respecto a la motivación, a nuestra querida coach Andrea Rodríguez. La conversación fue bastante fluida y se trató principalmente de hablar acerca de la experiencia de Andrea en esta pandemia y como ella ha enfrentado el entrenamiento. En términos prácticos las recomendaciones fueron las que conocemos como exitosas. Definir objetivos, hacerlo a primera hora de la mañana, prepararse para lograrlo, todas hacen referencia a la generación de hábitos y como construir estos requiere de cierto orden y planificación. Ahora, si nos vamos a el tema de la motivación, entendiéndolo como esta energía, esta fuerza que nace desde adentro y que nos lleva a conseguir nuestros sueños, ¿que sabemos? Sabemos que la motivación no es una “fuerza”, entendiendo que una fuerza es un vector que tiene magnitud, dirección y sentido. Sabemos que se habla de más o menos motivación, que se va perdiendo la motivación con el tiempo, que hay personas

Cuando se termina la confianza

Es difícil entender como sucedió. De cierta forma siento que crecí en un mundo que carece de este valor. Veo en nuestras autoridades, como los intereses personales superan a los del colectivo. Crecí en un mundo dónde las empresas, por definición, velan por el bien de sus accionistas y no por el de sus clientes o empleados. El trabajo en equipo cada día más fue reemplazado por sueños de individualidad, con una búsqueda de destacar por uno mismo, por el talento específico o por simplemente ser mejor que el otro. Esta mal entendida competitividad, que nos hace ver a nuestros compañeros como rivales y no como piezas fundamentales de una construcción conjunta. En nuestro sistema educacional somos evaluados como individuos. Nuestras metas de "performance" siempre son respecto a nuestros logros y la mera insinuación de metas colectivas pone a todos a temblar. ¿Por qué? Simplemente porque no confiamos en nuestros compañeros. Porque queremos depender de aquello que sabemos podemos con

Aprender a estar equivocado.

Aprender a estar equivocado. Ya estoy cercano a los 39 años. Pese a que se que me estoy adelantando, mis 40 años están a la vuelta de la esquina. Ya llegaron, ya soy prácticamente un viejo de 40. Y como todo viejo empiezo a hacer algunos recuentos y trato de usar mi experiencia para “enseñar” de cierta manera a otros. Hoy quiero compartir algunas de las verdades que he logrado descubrir en estas 4 décadas. Lamentablemente, para todo el tiempo que ha significado, no son muchas. Simplemente son unas premisas que a la fecha he descubierto que tienen un alto nivel de certeza Axioma 1: Vas a morir. Creo que este no necesita explicación (de ahí que sea un axioma), tenemos 100% certeza de la naturaleza mortal de los seres humanos. Todos vamos a morir, eventualmente, la diferencia es cuando y como. Nuestro tiempo en este mundo es finito. Axioma 2: La única constante es el cambio. Amo esta frase. Porque tiene ese juego de palabras que le permite ser una verdad en si misma. Porque al mismo